NOTICIA COMENTADA 581
Ensayo de Sínodo bajo el lema «prohibido prohibir». [El anticristo]. INFOVATICANA. 11feb23. https://infovaticana.com/2023/02/11/ensayo-de-sinodo-bajo-el-lema-prohibido-prohibir/
Resumen:
Superar las divisiones y oposiciones en la Iglesia creando un espacio en el que todos puedan encontrar su lugar. Este es el enfoque que se está proponiendo insistentemente en la preparación del Sínodo, como lo demuestra la reciente conferencia en Bolonia del padre Timothy Radcliffe, el dominico pro-LGBT llamado a predicar los ejercicios espirituales de apertura del Sínodo. Pero también es la posición más próxima al retrato del Anticristo esbozado por Vladimir Soloviev.
La noticia de la elección del padre dominico Timothy Radcliffe como predicador del breve curso de Ejercicios Espirituales preparatorio del Sínodo de octubre no fue precisamente tranquilizadora, dada su «apertura» hacia las cuestiones LGBTQ. Para preparar a las almas para el Sínodo habrá, pues, un dominico gay-friendly. Al frente de la orquesta estará otro amigo del mundo arcoíris (ver aquí), el relator general del Sínodo, Jean-Claude Hollerich, creado cardenal por el Papa Francisco en 2019. Y ya van dos. En la línea del todo incluido está la reciente intervención en el Sínodo de otra "criatura" de Francisco, el recién creado cardenal Robert McElroy, obispo de San Diego, que ha presionado para la ordenación diaconal de las mujeres, para que se reconsidere su ordenación como sacerdotes, para que se revise la moral sexual católica, incluso sobre la homosexualidad, y la doctrina de la Iglesia sobre el estado de gracia para poder recibir la Sagrada Eucaristía. Y ya van tres.
En su visión, el Sínodo está llamado a ensanchar su tienda para incluir a todos, a superar las polarizaciones, creando un espacio donde todos puedan encontrar su lugar y nadie quede excluido.

«Es verdad que la Iglesia está dividida por esperanzas de futuro diferentes», prosigue el dominico, que exhorta a mirar a una esperanza más grande y sorprendente que el Señor nos tendría reservada y que sería capaz de reconciliar las esperanzas opuestas. Es precisamente en este impulso vertical, en la confianza en la «gracia creadora de Dios», donde la reflexión de Radcliffe resulta especialmente atractiva. E insidiosa.
Pero, ¿cómo nos abrimos para acoger esta «gracia creadora»? Liberándonos de esas «identidades que se construyen contra otras personas […]. La modernidad teme la diferencia: diferencia de credo, de ideología, de cultura y también de género». El camino es, pues, apoyar la diversidad frente a la uniformidad, evitando crear grupos que compartan los mismos principios frente a otros, «atrapados en entornos cerrados con personas que comparten las mismas consignas». El apoyo evangélico siempre útil es el de Jesús, que, comiendo con publicanos y prostitutas, recorrió el camino de las «amistades improbables», rompiendo así barreras.
El reto del Sínodo es, pues, «imaginar por qué la gente piensa de manera diferente»; ponerse en el lugar del otro, «sentir con su piel, ver con sus ojos», ir más allá de la argumentación racional, de por sí insuficiente. Las posiciones opuestas son necesarias, como los hilos para tejer. No sólo eso, sino que cuando hay diferencias, «debemos aprender a alegrarnos de esas diferencias, a disfrutar de esas diferencias. Sólo entonces podremos hablar de las diferencias más profundas».
Al bueno de Radcliffe habría que recordarle que hay diferencias y diferencias: hay una diferencia que es manifestación de la multiforme sabiduría de Dios y hay una diferencia que se llama pecado. Así como hay una igualdad sin la cual es imposible salvarse y una igualdad con la cual es imposible salvarse. La cuestión es que la Revelación de Dios nos ha dado alguna indicación al respecto, y no en tono interlocutorio, sino imperativo: » No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios» (1 Cor 6,9-10).
Tenemos que estar atentos; la deriva que podría tomar el Sínodo tiene rasgos atractivos: el principio fundamental de condenar todo exclusivismo –que es la única condena permitida-, puede seducir a muchos a buscar su lugar en la nueva «iglesia sinodal», al precio del silencio frente al pecado y el error. Una adhesión, en esencia, al lema de 1968 «prohibido prohibir», convenientemente actualizado en salsa eclesial.
Conviene recordar que esta posición se aproxima más al retrato del Anticristo esbozado por Vladimir Soloviev que al de un tirano iracundo. El gran pacificador universal se muestra particularmente considerado para que cada uno tenga lo suyo: «Yo daré a todos lo que les es necesario». Y realmente cumple su promesa, incluso con respecto a las diferentes sensibilidades cristianas. Así como también está dispuesto a reconocer a Cristo como fuente de inspiración de altos valores. Pero este Cristo debe ser finalmente superado, con un inclusivismo más universal, que él no pudo alcanzar: «Cristo, como moralista, dividió a los hombres según el bien y el mal, mientras que yo los uniré con los beneficios que son igualmente necesarios a los buenos y a los malos. Seré el verdadero representante de ese Dios que hace salir su sol para buenos y malos, y reparte la lluvia sobre justos e injustos. Cristo trajo la espada, yo traeré la paz. Él amenazó a la tierra con el terrible juicio final. Pero el último juicio seré yo y mi juicio no será sólo un juicio de justicia, sino también un juicio de misericordia».
COMENTARIOS
Esta nota de Infovaticana tiene una buena cantidad de aristas para comentar.
- Se trata de un sínodo organizado y dirigido por gente cercana a Francisco; dos de ellos elevados al cardenalato por Bergoglio.
- Los tres comparten su interés por que Roma acepte las reformas sobre ordenación de mujeres, eliminación del celibato sacerdotal obligatorio; los cambios sobre la doctrina moral de la iglesia, especialmente en lo referente a la sexualidad; la comunión de divorciados y especialmente, la aceptación de la homosexualidad y la ideología de género con todas sus variantes y matices.
- Toman como lema para este sínodo el lema de las revoluciones estudiantiles comunistas de 1968, particularmente la de Paris y la de México: "Prohibido prohibir"
- Su principio de acción es la inclusión de todas las personas en este sínodo, independientemente de su condición moral, religión, "género", etc.
- Entre los argumentos para justificar esta inclusión utilizan citas evangélicas y conceptos del cristianismo interpretados erróneamente, o al menos presentando verdades a medias. Por ejemplo, justifica la "inclusión" diciendo que Jesús se reunía con publicanos y prostitutas. Cierto. Pero no dice con qué fin; no lo hace por solidaridad o fraternidad, lo hace para invitarlos a la conversión, a fin de que abandonen el pecado y se salven.
- En el centro de su propuesta está la idea de una iglesia universal, sincrética, carente de dogmas perennes, donde la ley positiva oriente la doctrina; es decir, el hombre asume el papel rector de Dios, y ahora este hombre decide lo que está bien y lo que está mal.
- Pero además, y de manera preocupante, hace una comparación entre la tendencia actual de la iglesia vaticana con el libro "Tres conversaciones y el Breve relato sobre el anticristo[1]" escrito por Vladímir Serguéyevich Soloviov ( o Soloviev), un clásico sobre el tema, publicado en San Petersburgo en 1900, en el que se muestra una casi total coincidencia.
Debido a las características de Noticias del Vaticano es imposible comentar cada uno de los puntos, por lo que nos circunscribimos a tres puntos, y con comentarios realmente cortos.
- ¿Podemos considerar todas estas reformas al dogma y a la moral como la "línea oficial" de Francisco y el Vaticano?

Definitivamente sí. Aunque sobre algunos de los temas Francisco no se ha pronunciado a su favor abiertamente, tampoco los ha negado o reprobado. Sobre la iglesia universal y el relativismo moral, ya lo hemos visto abiertamente en sus tres encíclicas: Fratelli tutti, Amoris laetitia y Laudato si. Sobre la homosexualidad y toda la ideología de género hay muchas evidencias; desde sus entrevistas y manifestaciones a favor de los homosexuales hasta las cartas de apoyo a la labor del jesuita James Martin, el "apóstol de los homosexuales".
Por otra parte, los organizadores de este sínodo son gente de confianza de Francisco. Él los ha promovido y, además, no es ajeno a los temas y la orientación ideológica de este sínodo.
- Sobe el lema "Prohibido prohibir" nos hacemos un par de preguntas: ¿Por qué elegir un lema que fue el símbolo de los movimientos estudiantiles comunistas de París y México en 1968? Además: ¿En el contexto de una doctrina religiosa es posible eliminar su carácter normativo, es decir, no prohibir nada?
"Prohibido prohibir" fue utilizado por los grupos revolucionarios para combatir las estructuras de poder y gobierno de los "sistemas capitalistas". Una manifestación más de la lucha de clases pregonada por el marxismo-comunismo. ¿Ese es el sentido que se le quiere dar al sínodo: los laicos y curas "progres" contra el poder y la autoridad tradicional de la Iglesia, contra el clericalismo?
Todo gobierno en cualquier nivel, y aún más una religión, tienen un carácter normativo: señalan lo que se puede y se debe y lo que no se puede ni se debe hacer. El pecado debe evitarse y la virtud requiere fomentarse, como condición para alcanzar la salvación. Y la base orientadora la tenemos los cristianos en los "Diez Mandamientos de la Ley de Dios". Una religión sin normas es una anti- religión; es una anarquía.
Pero esta frase -que suena agradable a los oídos- implica un contrasentido desde la perspectiva lógica. Es una frase sin sentido real, pues no se puede prohibir y no prohibir al mismo tiempo. Pero el uso ideológico y político de este lema ha dado jugosos -pero dañinos- frutos.
- Aunque no es el tema central, resulta coincidente el tema del Anticristo con el mundo actual y todas estas ideas ejemplificadas en el sínodo, que son contrarias a los dogmas del catolicismo. El punto de referencia es el libro "Tres conversaciones y el Breve relato sobre el anticristo" de Vladímir Soloviov (o Soloviev) publicado en 1900.
El libro relata tres conversaciones entre cinco personajes que se encuentran ocasionalmente en la región costera del Mar Mediterráneo francés. En estas conversaciones discuten sobre la guerra y la paz, sobre el futuro del mundo, especialmente de Europa y el papel que desempeñará Rusia, y la tercera conversación es sobre el Anticristo. Resulta sorprendente la visión profética de Soloviov, pues retrata la situación del mundo y de la iglesia actual, caracterizada por la apostasía de los cristianos y la aparición de un Gobierno Mundial en manos del Anticristo. El Anticristo ha electo a un Papa que le es fiel y a su vez, cómplice de su maldad. Estamos hablando de un libro publicado originalmente hace poco más de 120 años.
Pero la sola coincidencia no es suficiente para legitimar la interpretación del Soloviov sobre el Anticristo. Wikipedia[2] cita los comentarios a esta obra por tres autores con autoridad teológica, que avalan esa interpretación: Los sacerdotes Leonardo Castellani, Alfredo Sáenz y Giacomo Biffi.
Me concreto a citar sus comentarios:
Leonardo Castellani
El tercer diálogo de Tres conversaciones, que incluye el Breve relato sobre el anticristo, de Soloviev, es una de las mejores obras literarias de tema apocalíptico que se hayan escrito, y la califica como la que más se ajusta al Apocalipsis y la que menos invenciones del autor añadidas posee.
En cuanto a la figura del anticristo, Castellani destaca como aciertos de Soloviev que lo presente como un hombre concreto, al mismo tiempo cabeza visible de un gran movimiento, que ha hecho un pacto con el diablo, y cuyo advenimiento ocurre cuando ya ha comenzado la gran apostasía:
"[La] apostasía comenzada suscita al hombre que la corona. Y es el sentir de los Santos Padres y de san Pablo, que el Anticristo no precederá la apostasía comenzante, sino que presidirá la apostasía consumada. [..]
Alfredo Sáenz
"…la considera una exposición de índole teológica y no una mera ficción."
"Presiento que se acercan tiempos en que los cristianos tendrán que reunirse en las catacumbas para rezar. Por todas partes se perseguirá la fe, quizás menos brutalmente que en la época de Nerón, pero más sutil y cruelmente: mediante la mentira, el engaño y la falsificación"; y es por eso que Soloviev tiene como propósito desenmascarar tal engaño, a fin de prevenir a los incautos y que no sucumban ante el poder del mal.

El anticristo de Soloviev propone la saciedad universal, esto es, la satisfacción de todas las necesidades materiales. Sáenz señala que tanto en la publicación del libro consagratorio del "hombre del porvenir" como celebridad mundial, La vía abierta hacia la paz universal y la prosperidad, como en el desarrollo de su plan de gobierno como Emperador romano, puede verse cómo el anticristo hace suyas las insinuaciones del demonio en las tres tentaciones del desierto, y promete a los hombres paz, pan y felicidad. Pero, siguiendo a Sáenz, el anticristo es un impostor, un falsificador de la religión cristiana:
"Todo [lo hace] en el sometimiento a Satanás, ante quien se ha arrodillado, y cuya persona inviste. Externamente aparecerá como actuando para nuestro bien, para nuestra felicidad. Lo hará camuflándose de cristianismo, propugnando 'valores' que podrían ser entendidos como evangélicos, recurriendo a un lenguaje muy similar al de Jesús (...)".
"[la] idea del anticristo, que según la Biblia, indica por sí misma el último acto de la tragedia histórica, no será la simple incredulidad, o la negación del cristianismo, o el materialismo, u otra cosa análoga. Será la impostura religiosa. Entonces, el nombre de Cristo será explotado por todos los poderes humanos que, de hecho y en principio, son extraños y directamente hostiles a Cristo y a su Espíritu". Sáenz ve en esta impostura la última herejía: "será un falso cristianismo que se levanta[rá] contra el auténtico". El anticristo cuenta con la asistencia del falso profeta, en el Breve relato, el mago Apolonio, un obispo católico con conocimientos esotéricos que llega a ser promovido a cardenal, y finalmente es elegido papa, de modo espurio.
Giacomo Biffi
Señala que en el Breve relato de Soloviev, el anticristo "se presenta como pacifista, ecologista y ecumenista. (…). Convocará un Concilio ecuménico y buscará el consenso de todas las confesiones cristianas, concediendo algo a cada uno. Las masas lo seguirán, a excepción de pequeños grupos de católicos, ortodoxos y protestantes". Biffi destaca que el cristianismo no puede reducirse a una ideología ni a una ética filantrópica, ya que consiste en un encuentro con Cristo Salvador, y plantea que la enseñanza que ha dejado el filósofo ruso "es que el cristianismo no puede ser reducido a un conjunto de valores. En el centro de ser cristianos está, de hecho, el encuentro personal con Jesucristo. (…) Llegarán días en los que en la cristiandad se tratará de resolver el hecho salvífico en una mera serie de valores".
"…si el cristiano, para abrirse al mundo y dialogar con todos, diluye el hecho salvífico, se cierra a la relación personal con Jesús y se pone de parte del Anticristo".
[1]Soloviov, V. (1900). Tres conversaciones, que incluye el Breve relato sobre el anticristo, en: Biblioteca Electrónica Cristiana (BEC) 2009. Tercera conversación. Breve relato sobre el anticristo. https://circulosemiotico.files.wordpress.com/2016/07/brve-relato-sobre-el-anti-cristo.pdf
[2] Wikipedia. Tres conversaciones y el Breve relato sobre el anticristo
https://es.wikipedia.org/wiki/Tres_conversaciones_y_el_Breve_relato_sobre_el_anticristo