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«EL AMOR DE DIOS ES UN AMOR SIEMPRE EN EXCESO» Francisco: «Dios nos ama mientras somos pecadores, no porque seamos buenos» INFOCATÓLICA. 20feb23. https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=45727
Resumen:
El papa Francisco rezó el Ángelus como cada domingo y compartió su tradicional reflexión con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro. El Pontífice señaló el amor de Dios por los hombres como modelo del amor de los cristianos por el prójimo.
Al referirse al Evangelio del día, el Santo Padre recordó que el Señor «nos propone salir de la lógica del provecho y no medir el amor en la balanza de los cálculos y de las conveniencias, nos invita a no responder al mal con el mal, a atrevernos en el bien y a arriesgarnos en el don, aunque recibamos poco o nada a cambio».
Señaló que Jesús «nos invita a poner la otra mejilla y amar incluso a los enemigos» y se refirió a la importancia de alcanzar un amor al prójimo que sea «extraordinario», es decir «que va más allá de los límites de lo habitual, que supera las praxis habituales y los cálculos normales dictados por la prudencia».

Sin embargo, dijo que muchas veces «tratamos de tener todo bastante en orden y bajo control, de forma que corresponda a nuestras expectativas: temiendo no recibir la reciprocidad o de exponernos demasiado y después quedar decepcionados, preferimos amar solamente a quien nos ama, hacer el bien solo a quien es bueno con nosotros, ser generosos solo con quien puede devolvernos el favor; y a quien nos trata mal respondemos con la misma moneda».
Es por eso que aseguró que «actuar de esta manera» y quedarse «en lo ordinario, en el balance entre dar y recibir» no es de buen cristiano. «Si Dios tuviera que seguir esta lógica, ¡no tendríamos esperanza de salvación! Pero, por suerte para nosotros, el amor de Dios siempre es 'extraordinario', es decir, va más allá de los criterios habituales con los que nosotros humanos vivimos nuestras relaciones», subrayó.
El papa Francisco indicó que, las palabras de Jesús nos desafían. Porque, mientras nosotros intentamos quedarnos en lo ordinario de razonamientos utilitarios, Él nos pide abrirnos a lo extraordinario de un amor gratuito; mientras que nosotros tratamos siempre de igualar las cuentas, Cristo nos estimula a vivir el desequilibrio del amor.
El Papa recordó que el amor de Dios es extraordinario: «Así es, Dios nos ama mientras somos pecadores, no porque seamos buenos o capaces de devolverle algo. El amor de Dios es un amor siempre en exceso, siempre más allá de los cálculos, siempre desproporcionado. Hoy nos pide también a nosotros vivir de esta manera, porque solo así lo testimoniaremos de verdad».
«Es este amor que lentamente transforma los conflictos, acorta las distancias, supera las enemistades y sana las heridas del odio. El amor extraordinario de Cristo no es fácil, pero es posible, es posible porque Él mismo nos ayuda donándonos el Espíritu Santo, su amor sin medida», concluyó.
COMENTARIOS
Como
es costumbre con Francisco, hace malabares en la "cuerda floja" con la
Doctrina Cristiana. Su palabras pueden ser interpretadas como apegadas a la
ortodoxia, o bien, como herejías. Le gusta utilizar un lenguaje ambiguo que
siempres crea confusión en la audiencia.
- Dice Francisco que "Dios nos ama mientras somos pecadores, no porque seamos buenos o capaces de devolverle algo". Escierto que Dios nos ama y mucho: Nos creó a imagen y semejanza suya; y cuando pecamos contra Él, nos envió a su Hijo para redimirnos. Además dejó a la Iglesia Católica con todos los medios necesarios para salvarnos. Su amor es infinito.
Pero Dios no nos quiere porque seamos malos, sino porque somos sus creaturas y no quiere que nos perdamos en el castigo eterno. ¡Y claro que Dios nos quiere buenos! Todas sus enseñanzas están centradas en que el hombre alcance la virtud, la perfección, para hacernos meritorios del cielo. "Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto". (Mt. 5, 48)
Pero, en la manera con se expresa Francisco, pareciera que el "ser malos" es una condición para que Dios nos ame. Cierto que el amor de Dios por nosotros no desaparece cuando estamos en pecado, pero nos ama más cundo estamos en su gracia, cuando somos buenos. Cuando le hemos ofendido siempre busca la manera, ya sea directamente o a través de su Santísima Madre, para que regresemos al buen camino.
- Es cierto que jamás podremos regresarle todos los bienes que ha hecho por la humanidad. Las ofensas pesan tanto dependiendo a Quién estamos ofendiendo y la gravedad de la falta.

Por eso pedimos perdón y apelamos a su Misericordia. Por eso necesitamos de la penitencia y los actos de desagravio. Para ello necesitamos de la oración y los sacramentos, especialmente el bautismo, la confesión y la Eucaristía.
- Jesucristo vino a redimir a toda la humanidad, de tal forma que todos podamos salvarnos. Pero la salvación requiere de la aceptación de su doctrina. "El que te creó sin ti, no puede salvarte sin ti", decía San Agustín, de Hipona, Padre de la Iglesia.
Contrario a las ideas modernistas que afirman que todos ya estamos salvados porque la misericordia de Dios es infinita, de tal forma que no se puede perder ninguna de sus creaturas, pues representaría un fracaso de Dios, tenemos que considerar que, si bien todos tenemos oportunidad de la salvación, no todos se salvarán. Jesucristo Nuestro Señor lo ha dicho con toda claridad. Es su palabra como Dios hecho hombre:
No todo aquel que me dice ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial, ése es el que entrará en el reino de los cielos (Mt. 7, 25).
El que creyere y se bautizare, se salvará: pero el que no creyere, será condenado. (Mr. 16, 16)
Entonces el rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino que os está preparado desde el principio del mundo… Al mismo tiempo irá a los que estarán a su izquierda: Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo, y sus ángeles. (Mt 25, 34 y 41)
Esto resulta totalmente lógico, porque si bien Dios es misericordioso, también es justo. El premiar a todos de igual manera contradice la noción de justicia. Y es que el hombre, al tener un alma dotada de inteligencia y voluntad, puede elegir entre lo bueno y lo malo. Si elige el camino a la perdición, no podrá llegar sino a la perdición. Y esa no es culpa de Dios, sino un producto de la libertad del hombre.