NOTICIA COMENTADA 596
Francisco niega la existencia del infierno. ADELANTE LA FE. Por Colaboraciones. 20mar23. https://adelantelafe.com/francisco-niega-la-existencia-del-infierno/
Nota:
El artículo es más o menos extenso, por lo que tomamos solo los puntos que resumen el tema. En esta ocasión seguiremos un formato diferente al habitual. En la primera columna citamos las palabras de Bergoglio sobre el tema del infierno y la salvación universal; en la segunda, las refutaciones que hace el mismo colaborador (autor del artículo) a las palabras de Francisco. Al final, haremos un breve comentario.
Recomendamos leer completo el artículo
Bergoglio afirma:
Bergoglio: El infierno no es un lugar; si uno va a asistir al Juicio Final, y ve las caras de los que van al infierno, se asusta. Si uno lee a Dante, se asusta. Pero son representaciones mediáticas. El infierno es un estado, hay gente que vive en un infierno continuamente. (…) El infierno es un estado, es un estado del corazón, del alma, de una postura frente a la vida, a los valores, a la familia, a todo. Hay gente que vive en un infierno porque se lo busca, hay otros que no, que son sufridos. ¿Y quién va al infierno, a ese infierno, a ese estado? Ya se va viviendo desde aquí. (…) La misericordia de Dios está siempre a nuestro lado, y lo que Dios quiere es siempre estar con su gente, con sus hijos y no que se le vayan."[1]
[1] Entrevista para el diario Perfil, publicada el 11/03/2023, con motivo de su décimo aniversario en Roma: https://www.perfil.com/noticias/periodismopuro/papa-francisco-se-puede-dialogar-muy-bien-con-la-economia-no-se-puede-dialogar-con-las-finanzas-por-jorge-fontevecchia.phtml
El autor refuta:
Existen innumerables declaraciones de Bergoglio y de sus predecesores conciliares en las que se significa -más o menos sutilmente- la salvación universal de los hombres, basada en la divinidad subyacente del ser humano, aboliendo la distinción entre naturaleza y gracia, entre orden natural y sobrenatural. En esto reside la esencia del modernismo, el cual no es sino el avatar contemporáneo del gnosticismo panteísta, con ropaje cristiano…
I. "El modernismo es la infiltración del gnosticismo en la Iglesia. Podría resumirse así: Dios -es decir, el espíritu universal y absoluto-, va tomando conciencia de sí mismo de manera progresiva en el transcurso del proceso evolutivo, hasta alcanzar la plenitud a través de la conciencia del ser humano. La gnosis es la expresión conceptual del "seréis como dioses" con el que la Serpiente tentó a Eva en el jardín del Edén y es, básicamente, en lo que consistirá la religión mundial del Anticristo.
La libertad religiosa, el ecumenismo, la nueva eclesiología y el "diálogo interreligioso", adoptados por Roma desde el CVII, son de fundamento gnóstico: Dios habita en lo profundo del psiquismo de cada hombre, y eso es lo esencial; las diferencias dogmáticas son secundarias y no deben ser un obstáculo para el establecimiento de la unidad religiosa del género humano. La "presencia" de la divinidad en nosotros es lo que nos une, y este vínculo es mucho más importante que las divergencias teológicas que nos separan …
Dios es así concebido como "inmanente" al hombre, no es más un ser
"trascendente", exterior al ser humano y a su conciencia, lo que implica, por
tanto, una visión panteísta de la realidad. El panteísmo excluye, por
definición, la alteridad Creador-creatura, el pecado, la condenación eterna, la
Redención, etc. Y, huelga decirlo, es totalmente incompatible con la religión bíblica
y destruye los cimientos sobre los que se apoya el cristianismo."
«Dios
es luz que ilumina las tinieblas y, aunque no las disuelva, hay una chispa de
esa luz divina dentro de cada uno de nosotros. En la carta que le escribí
recuerdo haberle dicho que también nuestra especie se terminará, pero que no se
terminará la luz de Dios, que en ese punto invadirá todas las almas y será todo
en todos.» [1]
[1] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La Repubblica – cf. p. 10: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf
Puede comprobarse que Francisco no recurre a circunloquios, sus dichos son de una claridad resplandeciente y no se necesita de una hermenéutica enrevesada para desentrañar su sentido: «hay una chispa de esa luz divina dentro de cada uno de nosotros » y un día esa luz «invadirá todas las almas y será todo en todos.» Se colige [concluye] de esta doctrina gnóstica que la salvación tiene un alcance universal, que nadie se condena ni corre el riesgo de ir al infierno.
Pero, si no existe la posibilidad de condenarse, entonces, tampoco existe el pecado, ni, por tanto, la necesidad de la redención, la cual, a fin de cuentas, no consistiría sino en la «toma de conciencia»
…si la dignidad de la persona humana es inalienable, una punición [castigo] sin fin es algo impensable, y si nadie puede separarse jamás de Dios, esto no puede deberse sino a una razón de orden metafísico, esto es, a la adhesión a una visión monista de la existencia. La religión de los modernistas, devenida en religión conciliar, no es otra cosa: una gnosis luciferina disimulada bajo la apariencia de cristianismo, es decir, la deificación del hombre a través de una evolución inexorable, de un «progreso» necesario de la conciencia en el hombre y por el hombre, la cual conduce al surgimiento del espíritu «absoluto». No olvidemos las palabras de la Serpiente a Eva en el jardín del Edén: «seréis como dioses» (Gn. 3, 5).
Esta concepción panteísta del universo, disfrazada con un ropaje cristiano por el iluminado «paleontólogo» Teilhard de Chardin, y que desemboca en el culto del hombre divinizado, ha sido de una influencia decisiva en el CVII y en todo el «magisterio» post conciliar."
"Dios
no puede estar sin nosotros: Él no será nunca un Dios sin el hombre; ¡es Él
quien no puede estar sin nosotros, y esto es un misterio grande! Dios no puede
ser Dios sin el hombre: ¡este es un gran misterio! (...) Pensemos también en el
Padre, en nuestro Padre, que no puede estar sin nosotros, y que en este momento
nos está mirando."[1]
[1]https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2017/documents/papa-francesco_20170607_udienza-generale.html – Video: https://gloria.tv/post/DUSimJHrubnC29eYpaszyP9GC
Con estas palabras, Francisco expresa acabadamente la tesis central de la gnosis panteísta y evolucionista, la de un Hegel o un Teilhard de Chardin, por ejemplo, y la de todos los teólogos modernistas, a pesar de que la mayoría toma precauciones oratorias para disfrazar su pensamiento con un lenguaje cristiano y así poder engañar mejor a los fieles desprevenidos.
Esta tesis del gnosticismo consiste en lo siguiente: Dios, es decir, el espíritu universal y absoluto, va tomando conciencia de sí mismo de manera progresiva en el transcurso del proceso evolutivo, hasta alcanzar la plenitud a través de la conciencia del ser humano… Básicamente, en lo que consistirá la religión mundial del Anticristo.
La libertad religiosa, el ecumenismo y el "diálogo interreligioso", adoptados por Roma desde el CVII, es de fundamento gnóstico: Dios habita en lo profundo del psiquismo de cada hombre, y eso es lo esencial: las diferencias dogmáticas son secundarias y no deben ser un obstáculo para el establecimiento de la unidad religiosa del género humano.
La "presencia" de la divinidad en nosotros es lo que nos une, y este vínculo es mucho más importante que las divergencias teológicas que nos separan, que no son más que maneras subjetivas -relativas a cada cultura, provisorias y mutables-, de expresar la experiencia primordial de la unión con Dios que cada ser humano vive en la intimidad de su conciencia, en lo que los modernistas llaman la "inmanencia vital". Dios es así concebido como "inmanente" al hombre, no es más un ser "trascendente", exterior al ser humano y a su conciencia, lo que implica una visión panteísta de la realidad.
Pues bien, ésta es precisamente la religión profesada por Francisco. El panteísmo excluye, por definición, la alteridad Creador-creatura, el pecado, la condenación eterna, la Redención, etc. Y, huelga decirlo, es totalmente incompatible con la religión bíblica y destruye los cimientos sobre los que se apoya el cristianismo. A quien tenga ojos para ver, le aconsejo vivamente que se decida a abrirlos…"
COMENTARIOS
Aunque lo básico ya está dicho, quisiéramos recalcar los errores básicos de esta doctrina modernista sostenida por Bergoglio.
- De aceptar esta tesis, tenemos que admitir que Dios ni es omnipotente ni es perfectísimo, porque va evolucionando hasta llegar a un estado de conciencia total, lo que el modernista Teilhard de Chardin llama el "punto omega". Luego entonces, no hablamos de Dios, sino de una especie de creatura que va tomando conciencia y perfeccionándose por medio de la evolución.
- Se trata de una visión panteísta e inmanente, donde todos los hombres, y los demás seres creados forman parte de Dios. Siguiendo el argumento, o no existe el pecado ni el infierno, al menos que formen parte de Dios. ¡Imposible! La Verdad, Bondad y Belleza supremas no pueden coexistir con el error, el pecado y la fealdad nacida del mal.
- Estas ideas van contra la mayoría de los dogmas enunciados en el Credo, el concentrado de nuestra fe: No hay un Dios Todopoderoso, no tiene sentido la venida de Cristo y Redención. No hay una única iglesia Santa en la cual se encuentra la salvación. No hay necesidad de un juicio final. No hay cielo ni infierno. La comunión de los santos es para cristianos y paganos, para santos, herejes y pecadores…
Tiene razón el autor al afirmar que esta idea de la salvación universal concentra todas las herejías… Esta no es otra cosa que la doctrina anticristiana… demoníaca.