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Un catedrático de
Harvard asegura que el aumento de suicidios está relacionado con la caída de la
religión. INFOVATICANA. Por Redaccioninfovaticana. 21mar23. https://infovaticana.com/2023/03/21/un-catedratico-de-harvard-asegura-que-el-aumento-de-suicidios-esta-relacionado-con-la-caida-de-la-religion/
Resumen:
Tyler VanderWeele es catedrático en Harvard y actualmente lidera un grupo de investigación que recopila métricas sobre nuestro bienestar.
En una entrevista concedida a El Mundo, el profesor y científico que ejerce como director del Programa de Desarrollo Humano de la Universidad de Harvard, habla sobre la investigación que están llevando a cabo sobre el cambio de paradigma en el el bienestar humano.
VanderWeele sostiene que por primera vez la generación Z -los actuales veinteañeros- son los más infelices. El profesor explica en la entrevista que «la pandemia hizo estragos en nuestra salud mental». Actualmente, la investigación que lidera este catedrático está recopilando datos sobre bienestar en Estados Unidos.

«Lo que vimos fue que disminuyó durante la pandemia, lo cual no es una gran sorpresa. Pero afectó a diferentes dominios de la vida y de diferentes maneras. Bajó mucho para la felicidad, la salud o la estabilidad financiera. Las relaciones sociales disminuyeron un poco, aunque mucho menos de lo esperado: la gente encontró formas de conectar con la familia. Descubrimos que, para enero de 2022, las evaluaciones habían regresado prácticamente a sus niveles prepandemia. Sin embargo, lo que había cambiado era que a los jóvenes no les iba tan bien como antes», sostiene este científico.
El profesor de Harvard señala que «las investigaciones hasta entonces sugerían una relación en forma de U: jóvenes y mayores eran los más felices, mientras que aquellos en la mediana edad se sentían más infelices seguramente por las dificultades de tener niños o ancianos a su cargo, los problemas laborales… Lo que pasó fue que con la pandemia se aceleró lo que ya habíamos empezado a detectar: el aplanamiento de una parte de la U».
Entre las causas del aumento de infelicidad entre los jóvenes, este investigador señala directamente a la pandemia. «Cuando llegaron las restricciones, los mayores ya tenían afianzadas sus relaciones sociales y las pudieron extender virtualmente. Pero, en el caso de los jóvenes, estaban en el momento de la vida en que se hacen amigos», agrega el profesor.
Tyler VanderWeele desvela que la investigación indica que «tanto el matrimonio como la participación en una comunidad religiosa están poderosamente relacionados con muchos aspectos del bienestar. Y en Estados Unidos y Europa Occidental, las tasas de matrimonio están disminuyendo y la participación en comunidades religiosas, también».
Preguntado sobre por qué considera tan importante la religión en esta ecuación, el catedrático de Harvard explica que «quienes participan regularmente en comunidades religiosas tienen un 30% menos de riesgo de morir durante 15 años y de sufrir depresión, una probabilidad cinco veces menor de suicidarse y la mitad de probabilidades de divorciarse. No hay una única razón. En parte es una cuestión social, porque proporciona un foro para el compromiso de la comunidad para desarrollar relaciones de apoyo en momentos malos. Probablemente esté también relacionada con comportamientos más saludables. La participación en la comunidad religiosa afecta a tantos aspectos diferentes de la vida de una persona que se obtienen grandes efectos en salud y bienestar».
Además, el profesor incide en que «en Estados Unidos
hemos visto un crecimiento de la tasa de suicidios y, si proyectamos los
resultados de las investigaciones en participación religiosa y suicidios,
parece que un 40% del aumento de los suicidios se debe a la caída de la
participación religiosa. Así que cuando los
suicidios están aumentando, es porque algo está ocurriendo desde un punto de
vista cultural y existencial.
COMENTARIOS
Una
vez más la ciencia confirma lo que la moral y la religión han afirmado
desde siempre. El doctor Tyler VanderWeele, profesor investigador de la
Universidad de Harvard, que funge como director del Programa de Desarrollo Humano
y dirige una línea de investigación sobre el bienestar humano, o en otras
palabras, sobre la felicidad humana, encuentra relaciones importantes entre
la religión y el nivel de bienestar o de felicidad de las personas.
Menciona este investigador que en años anteriores las personas más felices eran los jóvenes y los adultos mayores, dejando a los adultos jóvenes como los menos felices. Pero esto ha cambiado. Hoy losjóvenes son quienes manifiestan menor nivel de bienestar. La llamada generación "Z" formada por jóvenes que actualmente tienen alrededor de 20 años, son quienes manifiestan niveles bajos en el bienestar; es decir, mayor infelicidad.
El doctor VanderWeele lo atribuye a tres elementos importantes: el primero es el Covid-19, que dejó secuelas psicológicas importantes en toda la población, debido principalmente al temor y al aislamiento social. El segundo elemento es la caída de los matrimonios, en que ha habido una reducción importante, y que la pareja desarrolla funciones de ayuda mutua, sobre todo en las situaciones problemáticas y a superara esas dificultades. El tercer factor es la caída de la religión es decir hoy cada vez hay menos personas creyentes.
Este investigador encuentra una relación muy significativa entre la religión y bienestar. Entre los aspectos más importantes es que las personas que participan en actividades religiosas tienen un riesgo del 30% menor de morir durante los 15 años siguientes, menos posibilidades de sufrir depresión y un riesgo cinco veces menor de suicidarse, a la vez la mitad de probabilidades de divorciarse, una vez que se casa.
La explicación científica tiene importantes limitaciones al interpretar un hecho o un fenómeno. Solamente nos muestra las probabilidades de que dos o más variables se relacionen, pero no nos dice el por qué. Los hallazgos del investigador nos señalan que estas variables se relacionan, y suponen una relación de causa y efecto (a mayor pérdida de la religión, mayor probabilidad de suicidio o baja en el nivel de bienestar de la persona). La ciencia solamente permite algunas suposiciones que explicarían lógicamente esa relación, o que pasarían a constituirse en nuevas hipótesis para otras investigaciones.
Aquí es donde entra la valiosa aportación hoy de la religión y de la moral. Resulta que desde tiempos inmemorables se ha estado señalando la importancia de tener motivos para vivir y la necesidad de profesar una religión, que ayude a la persona a establecer vínculos con su Creador. Si hay por qué vivir, las dificultades y problemas serán más fácilmente resueltas; si hay por qué vivir, la existencia misma de la persona adquiere un sentido y un compromiso con Dios.
Pero si la vida es solamente un espacio de tiempo en el que el hombre nace y después muere, pero sin un significado o una idea clara del por qué, dá lo mismo vivir de una manera o de otra; actuar bien o actuar mal; y finalmente, poco interesa si el fin se adelanta, o se vive hasta que naturalmente ya no es posible.
Esta es una muestra más -desde una perspectiva meramente humana- de que el hombre necesita relacionarse con su Creador y tener una razón para vivir.
En el caso de los católicos, tenemos bien claro el sentido de nuestra existencia: amar y servir a Dios en esta vida, para verlo y gozarlo en la otra. Entonces nuestro nivel de bienestar o felicidad se incrementa, y la tolerancia a los problemas propios de la vida disminuyen. El riesgo de anticipar la muerte voluntariamente se minimiza y aumentan los niveles de bienestar o felicidad.
Necesitamos creer en Dios y vivir nuestra religión, no solo para alcanzar el cielo, sino para tener también una vida más satisfactoria.