NOTICIA COMENTADA 620
¿Cuál es el vínculo entre la manipulación de gametos y el útero subrogado? CORRISPONDENZA ROMANA. Por Fabio Fuiano. 14jun23. https://www.corrispondenzaromana.it/qual-e-il-legame-tra-la-manipolazione-dei-gameti-e-lutero-in-affitto/
Resumen:
El mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón, ha sido diabólicamente designado como el mes del "Orgullo". Atención, no más que "Orgullo gay", sino sólo "Orgullo", para señalar que, a estas alturas, ya no se trata de llevar adelante la normalización de la homosexualidad (y de los actos relacionados con ella), sino de la llamada fluidez de género: esto significa que cada uno de nosotros ya no encajaría objetivamente, gracias al dato biológico natural, en el género masculino o femenino, sino subjetivamente en virtud de nuestra propia voluntad de autodeterminarnos dentro de un espectro de géneros. Para conocer más sobre las raíces filosóficas de este tema, consulte el libro " La teoría del género: para el hombre o contra el hombre"." (Edizioni Solfanelli) que recoge las Actas de una Conferencia, organizada por la Asociación Famiglia Domani y celebrada en Verona el 21 de septiembre de 2013.
En definitiva, el objeto de la disputa no es la ostentación del pecado público, sino únicamente el hecho de que, en tal caso, se apoye una práctica que, al menos por el momento, parece ilegal. Hay que pensar que, si fuera legal, nadie tendría nada que objetar. Sin embargo, podemos regocijarnos en este pequeño acto de lucidez, esperando que dure al menos hasta el momento en que nos demos cuenta de que el error fue originalmente permitir la difusión generalizada de ideas perniciosas.

En cualquier caso, conviene ahora centrarse en la cuestión del útero alquilado, con vistas a profundizar en sus orígenes: sin este pasaje, cualquier discusión, incluso con razón crítica sobre el útero alquilado, corre el riesgo de convertirse en un fin en sí mismo y en el largo plazo completamente en vano.
En un artículo publicado en Corrispondenza Romana, se explicaba cómo surge la práctica de la matriz subrogada a partir de la inseminación artificial: sin la posibilidad de manipular los gametos masculino y femenino, la matriz subrogada no existiría. No es casualidad que comience en Estados Unidos en 1979, al año siguiente del nacimiento del primer bebé probeta (R. Lacayo, Is the womb a rentable space?, 22/09/1986). Existen esencialmente dos tipos de úteros subrogados: (a) el llamado "útero subrogado tradicional" (portadora gestacional tradicional), en el que es la gestante quien aporta sus propios óvulos, que serán fecundados por el futuro padre (o por una donante). En este caso la gestante es la madre biológica del niño por nacer, obligada contractualmente a transferirlo; (b) el llamado "útero alquilado no tradicional" (portadora gestacional o subrogada gestacional), en el que el ovocito proviene de la madre comitente (madre intencionada) o de una donante y es fecundado por el padre comitente (padre intencionado) o por un donante. Luego, el embrión se coloca en el útero de la gestante (que, por lo tanto, no proporciona sus propios óvulos) para cortar cualquier vínculo genético entre el feto y la mujer embarazada (G. Brambilla, Riscoprire la Bioetica, Rubbettino Editore, 2020, pp. 274-275).
Para los técnicos de inseminación artificial no hay mujeres, hombres y niños, sino más bien (a) un productor y proveedor de ovocitos, un contenedor de ovocitos o embriones que puede ser reemplazado por un útero artificial, un útero de sustitución o fertilización heteróloga, (b) un proveedor de esperma que puede ser reemplazado por fertilización heteróloga, clonación o semilla artificial, (c) un producto (tanto así que la ley 40, en el artículo 13, inciso 3, y artículo 14, se refiere expresamente a la «producción de embriones humanos »), cuya existencia y características dependen de la voluntad del productor y de los clientes.
En el exterior existen auténticos "bancos de semen", empresas donde se compra el semen de donantes, a veces anónimos, a cambio de dinero y de los que se puede sacar cuando se quiera recurrir a un "donante externo". Esto ha dado lugar a la violación de la ley natural y divina en tres puntos esenciales: (a) por la separación continua de la procreación del acto conyugal, (b) por la consumación sistemática del adulterio en la fecundación heteróloga, (c) por la ocurrencia -cada vez más probable a medida que se difunden tales prácticas de fecundación- de incesto entre personas concebidas a partir del semen de un mismo donante pero sin conocer su origen biológico común. Sólo para dar un ejemplo de las paradojas que se pueden crear, es noticia del pasado 28 de abril de que el músico holandés Jonathan Meijer tuvo la belleza de 500 niños gracias a la donación en serie de esperma.
Si no tenemos el coraje de cuestionar las leyes injustas de nuestro país y las ideas en las que se basan, cualquier posible oposición a la práctica de la gestación subrogada se desvanecerá en una pompa de jabón. Si dejamos de tratar el síntoma, sin intervenir sobre la enfermedad que lo provoca, ésta se desarrollará hasta sus últimas consecuencias.
COMENTARIOS
El
autor de este artículo Fabio Fuiano conoce perfectamente el tema qué trata.
Tiene una maestría en Bioingeniería en la Universidad de Roma Tre. Es
Doctor en Ingeniería Mecánica e Industrial por la misma universidad, y
presidente del movimiento universitario pro-vida "Universitari per la
Vita".
La pregunta que aparece en el título del artículo se contesta inmediatamente: Sin manipulación genética sería imposible la práctica del útero alquilado o subrogado.
En cualquier caso, significa que la persona que se embaraza no será la madre de su hijo. Según lo explica Fuiano con toda claridad, hay dos modalidades hoy en cuanto a los métodos de renta de útero. En el primer caso, la madre es la donante del óvulo, pero hay un donante del esperma que no tiene contacto con la madre; puede ser conocido o no, pero es él quien, o quien contrata, quien finalmente se quedará con el producto, es decir con el niño que surja de esta gestación. El segundo caso es más complicado, pues el óvulo es donado por una persona diferente de la madre, que solo renta su vientre, lo mismo que el esperma, que puede ser intencionalmente seleccionado, o bien comprado en los distintos bancos de esperma que ya existen.
En ambos casos nos enfrentamos ante un problema de diferentes dimensiones:
Primero. Es un atentado contra las leyes establecidas por Dios en la Creación y en la institución del Sacramento del Matrimonio; es decir, el hombre (y la mujer) no aceptan ni la voluntad ni la Providencia Divina.
Segundo. Esta violación a la Ley Natural siempre tendrá consecuencias, y de hecho ya las tiene, como lo hemos visto en diferentes casos. Por ejemplo: madres que se niegan a entregar a su hijo; clientes que una vez que nace "el producto" por el que pagaron la renta de útero, ya no quieren conservarlo. Hay casos más extremos; como el caso de un óvulo o un esperma conservados con métodos criogénicos, y cuyos padres -uno de ellos o ambos- ya no existen, es decir murieron. ¿Cómo debemos considerar a un niño recién nacido de un padre muerto?
Tercero. El gran poder de la Creación se convierte en un negocio bastante rentable. Se compra y se vende la vida que es propiedad de quién la provee, es decir, de Dios. Aunque la práctica del vientre subrogado está prohibida en la mayoría de los países, en otros es una fuente de ingresos para personas de escasos recursos económicos, y desde luego, más escasos recursos morales. Recientemente la famosa modelo británica Noami Campbell ha anunciado que tiene un nuevo hijo, a sus 53 años, del que nunca estuvo embarazada. Y no se trata de adopción.
Cuarto: En el terreno de la moral, la práctica del vientre subrogado constituye en sí mismo un adulterio, pues el "producto" (niño) surge de una relación diferente del matrimonio, y muchas veces de óvulos o espermatozoides de padres desconocidos, al igual que su carga genética. Claro que hay la posibilidad de elegir en los bancos de esperma, el tipo de donante que se desea, pero eso no significa que deje de ser un pecado, no sólo por violar las leyes impuestas por Dios, ni por renegar del Sacramento del Matrimonio, sino también porque al final de cuentas, es equivalente a un adulterio, en el que los padres tienen relaciones con desconocidos.

Cuarto: lograr la fecundación artificial no es una tarea sencilla, ni surge de forma inmediata al mezclar el óvulo y el espermatozoide. Para lograr un óvulo fecundado, se requieren muchos ensayos, que a la postre dan por resultado un buen número de óvulos fecundados, que luego se desechan al elegir el que implantarán en el vientre alquilado. Es decir, estamos hablando de la muerte intencional de esos pequeños seres que ya tienen vida e identidad propia, con un alma ya implantada por Dios desde el momento de la concepción.
En esta nota nos presentan el caso del músico holandés Meijer, quien es padre de alrededor de 500 niños, gracias a la donación de su esperma. Algo parecido sucedió con el médico Donald Cline[1] también holandés, que en su clínica de fertilidad utilizó su propio esperma para inseminar a unas 50 mujeres, sin su consentimiento.
Quinto. Las consecuencias físicas y psicológicas tanto de quién renta su vientre, como de quien paga por ello, y del mismo niño o producto, no se hacen esperar, pues hay una carencia del amor y cuidados que surgen de la relación entre los esposos, y de la madre con su hijo. Luego nos quejamos de todos los problemas sociales que vivimos actualmente, qué son provocados precisamente por la manipulación -no sólo genética sino también social- de la célula básica de la sociedad: la familia.
[1] Susan Scutti. 14 septiembre, 2016. Médico de fertilidad usó su propio esperma "unas 50 veces" para inseminar a mujeres. CNN Español. https://cnnespanol.cnn.com/2016/09/14/medico-de-fertilidad-uso-su-propio-esperma-unas-50-veces-para-inseminar-a-mujeres/