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Escándalo ante las palabras del jesuita Antonio Spadaro sobre Jesucristo. INFOVATICANA. Por Carlos Esteban. 30ago23. https://infovaticana.com/2023/08/30/escandalo-ante-las-palabras-del-jesuita-antonio-spadaro-sobre-jesucristo/
Resumen:
Rígido, indiferente, nacionalista, confuso… Así sería el Jesús dibujado por el padre Antonio Spadaro, director del órgano jesuita La Civiltà Cattolica y estrecho colaborador del Papa, en su comentario al pasaje evangélico del encuentro con la cananea. Los comentarios indignados han llovido desde su publicación.
Primero fue Bruno M. en su blog de Infocatólica, en un magnífico artículo titulado 'El P. Spadaro SJ y el nuevo arrianismo', donde califica la visión que ofrece el comentario de Spadaro de "nuevo arrianismo, hijo del modernismo" que "no se coloca en el terreno racional de las afirmaciones dogmáticas, sino en el terreno puramente emotivo de lo que se sugiere y se da a entender (siempre contra la fe y a favor del mundo), la omisión sistemática de la divinidad de Cristo y todo elemento sobrenatural del Evangelio, la increencia práctica, el sentimiento de superioridad sobre todo lo antiguo y la risita satisfecha y engreída frente a la Tradición y la fe de los fieles".
Pero, ¿qué dijo Spadaro? En el periódico italiano de izquierdas Il Fatto Quotidiano, el padre Antonio Spadaro ofreció su visión personal del pasaje de Mateo, 15: 21- 28. Al relatar el pasaje del encuentro de Cristo con la mujer cananea cuya hija estaba afligida por un demonio, Spadaro acusa a Cristo de ser primero "indiferente" y luego "embarazado e insensible".
"Jesús permanece indiferente", escribe Spadaro en referencia a que Cristo no pareció responder a los gritos iniciales de la mujer. "Sus discípulos se acercan a él y le suplican asombrados", continuó. "¡La mujer conmovía a quienes también la juzgaban mal! Sus gritos habían roto la barrera del rencor. Pero a Jesús no le importó".
Spadaro sostiene que el "silencio" de Cristo fue seguido por "la respuesta insensible de Jesús: 'No fui enviado excepto a las ovejas descarriadas de la casa de Israel'".
«La dureza del Maestro es inquebrantable», comenta Spadaro, uno de los clérigos más próximos a Francisco. "Ahora también Jesús hace de teólogo: la misión recibida de Dios se limita a los hijos de Israel. Entonces, no hay dados. La misericordia no es para ella", dijo. "Está excluido. No hay duda al respecto".
El jesuita mantiene que la conversación de Cristo con la mujer cananea estuvo marcada por la "rigidez" cultural de la época. Cristo "responde burlona e irrespetuosamente a la pobre mujer", escribe, añadiendo que la respuesta divina fue "una falta de tono, de estilo, de humanidad. Jesús parece cegado por el nacionalismo y el rigor teológico". La mujer tuvo que «sacudir la rigidez de Jesús» para «'convertirlo' a sí mismo».
Desde 2011, Spadaro se ha desempeñado como editor en jefe de La Civiltà Cattolica, dirigida por los jesuitas –que es revisada y aprobada por el Vaticano antes de su publicación– y es bien conocido como "uno de los asesores de confianza del pontífice".
COMENTARIOS
Para
entender lo que dice el jesuita Antonio Spadaro, hombre de todas las
confianzas de Francisco, primero requerimos revisar dos puntos básicos:
- El primero es el Dogma de la Santísima Trinidad, que afirma que en Dios hay tres personas distintas, pero es un solo Dios verdadero. Estas tres personas son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; como lo dice nuestro Credo, unidos de manera consubstancial; es decir, en la misma esencia. Un punto más; Jesús es Dios y Hombre verdadero, pero en él opera únicamente la voluntad divina. Faría[1] escribe: Las dos naturalezas de Cristo están unidas en una sola persona, que es la Divina, a quien llamamos Jesucristo. El Verbo Divino no se unió a una persona humana, sino a una naturaleza humana.
- El segundo punto necesario para entender la nota periodística es recordar la herejía de Arrio, un presbítero de Alejandría, que vivió a fines del siglo III y principios del IV. Según Arrio, Jesucristo sí es el hijo de Dios, pero no es Dios; viene o procede de Dios, y aunque acepta que existe desde la eternidad, niega que sea consustancial al Padre. Una consecuencia de esta herejía es suponer que en Cristo no solo hay dos personas, también dos naturalezas. Siguiendo con el pensamiento originado en esta herejía, podríamos decir que quien murió en la cruz no fue Dios, sino el hombre. Y entonces no tendría sentido la Redención, porque no sería el Hijo de Dios quien se ofrece en sacrificio al Padre para que nos perdone nuestros pecados, sino un hombre, como cualquiera de nosotros.
Esto es precisamente lo sugiere Spadaro; una variante de la herejía arriana, herejía que fue condenada en el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325, pero que ha resurgido con diferentes máscaras en el modernismo actual.
El contexto de esta afirmación Spadaro la hace cuando explica el evangelio de San Mateo (15: 21-28) que dice lo siguiente:
Partido de aquí Jesús, retiróse hacia al país de Tiro y de Sidón. Cuando he aquí que una mujer cananea, venida de aquel territorio empezó a dar voces, diciendo: Señor, hijo de David, ten lástima de mí: mi hija es cruelmente atormentada del demonio. Jesús no le respondió palabra. Y sus discípulos, acercándose, intercedían, diciéndole: Concédele lo que pide, a fin de que se vaya; porque viene gritando tras nosotros. A lo que Jesús, respondiendo, dijo: Yo, no soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. No obstante, ella se llegó y le adoró, diciendo: Señor, socórreme. El cual le dio por respuesta: No es justo tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros. Mas ella dijo: Es verdad, Señor; pero los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces Jesús, respondiendo, le dice: ¡Oh mujer! Grande es tu fe; hágase conforme tú lo deseas. Y en la hora misma su hija quedó curada.
En este pasaje, como en muchos otros del Evangelio, Jesús quería enseñar a la gente a tener fe. Él sabía lo que pasaría y quería ayudar a la mujer y a su hija endemoniada, pero en su labor de enseñanza para todos nosotros, quiere enseñarnos el valor de la fe, y la necesidad de manifestarla, como lo hizo con esta mujer cananea.
Dice el padre Bruno[2], comentando esta misma nota: "…la Tradición de la Iglesia siempre ha interpretado [este pasaje] como un ejemplo de la pedagogía de Jesús, que quiere suscitar una mayor fe en la cananea. Como decía San Agustín, Cristo actuó así con ella "no para negarle su misericordia, sino para encender su deseo".
Sin embargo, Spadaro presenta a Jesús como un judío de su tiempo; indiferente, frío, con los prejuicios raciales propios de los judíos de su época, que, sabiéndose el pueblo en el ejido, despreciaban a los que no eran del pueblo de Israel; incluso hasta grosero con la pobre mujer. Aún más, lo presenta como un hombre con defectos con y limitaciones, esto es, pecador. Tomando las palabras de Francisco, diríamos que Jesucristo era un "rígido" tradicionalista judío.
La visión de Spadaro sobre Jesucristo, pueden sintetizarse en este párrafo, tomado del P. Bruno:
En lugar de aparecer como Maestro, Jesús aparece como discípulo; en lugar de liberar, es liberado de su rigidez; en lugar de suscitar la fe y la conversión en la cananea, es Jesús el que necesita convertirse; en lugar de ser el Amor mismo hecho carne, Jesús actúa de forma burlona, irrespetuosa, indiferente y airada; en lugar de ser la Verdad encarnada, muestra que es un hombre equivocado y "cegado" más, que al final tiene que dar la razón a la mujer; en vez de ser el único que conoce al Padre y nos lo revela, "hace de teólogo" y mete la pata hasta el fondo; en lugar de ser el Logos mismo, la sabiduría divina y eterna, Cristo comparte los prejuicios de su tiempo hasta que una mujer le saca de ellos y consigue que, por fin, opine lo mismo que el P. Spadaro.
[1] Faría. R. 1999. Curso Superior de Religión. México. Folia Universitaria. Pp. 100 y 101.
[2] Bruno. 23 de agosto de 1923. El P. Spadaro SJ y el nuevo arrianismo. INFOCATÓLICA. https://www.infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/2308230345-el-p-spadaro-sj-y-el-nuevo-ar