NOTICIA COMENTADA 664
Hacia el próximo Papa. Las alineaciones sobre el terreno de juego y el mal menor. Por Caminante- Wanderer. DUC IN ALTUM. 07nov23. https://www.aldomariavalli.it/2023/11/07/verso-il-prossimo-papa-gli- schieramenti-in-campo-e-il-male-minore/
Resumen:
La primera parte del sínodo acabó en la más absoluta irrelevancia, como era de esperar. Nadie le prestó atención, ni en la Iglesia ni en el mundo. Fue un mes en el que hablamos sin parar, vivimos las sorpresas del espíritu -quién sabe cuáles- y modelamos animales con plastilina. Aldo Maria Valli, el pontificado de Francisco está muriendo y arrastrando a toda la Iglesia a su decadencia. Todo planeado. Tenía que suceder, como lo anunciamos en este blog desde el primer día del reinado de Francisco.
El sínodo, hasta ahora, no ha servido más que para hacer perder el tiempo a cientos de padres y madres sinodales, y enormes cantidades de dinero para los fieles de la Iglesia. Ni siquiera ayudó a los modernistas: monseñor Overbeck, obispo de Essen y defensor de las reformas más drásticas, se dice decepcionado, al igual que el padre James Martin. Los ingenuos todavía piensan que Francisco habría respetado todos los proyectos de ley que firmó cuando le
ofrecieron la elección. Los conservadores, por el contrario, no están entusiasmados porque, suponiendo que no surjan herejías, del sínodo no saldrá nada bueno. Será, como todo lo que se ha producido en los últimos diez años, un pretexto más para continuar con el pontificado estéril y nocivo de Bergoglio: la vida aparente.
Sin embargo, el sínodo tuvo un efecto positivo, aunque secundario: sirvió como consistorio previo al cónclave, cuando los cardenales participantes comenzaron a reunirse y hablar entre sí. Un colegio cardenalicio eurocéntrico, con una abrumadora mayoría de italianos, dio como resultado Juan XXIII y Pablo VI, los grandes culpables de la catástrofe que estamos viviendo. Por otro lado, cuando visitas Roma podrás observar fenómenos interesantes. Por ejemplo, durante la santa misa o en las visitas a basílicas e iglesias, llama la atención la piedad que muestran los fieles africanos o asiáticos, incluso los del Lejano Oriente y la India, una piedad que muy pocos cristianos occidentales, por muy católicos que sean, del Opus Dei, neocat ya sean carismáticos o carismáticos, son capaces de demostrarlo. Las monjas africanas o asiáticas suelen llevar el hábito. Las monjas occidentales, además de ser mayores, visten de civil aunque desde lejos se vea que son monjas.
Jacopo Scaramuzzi escribió un artículo en La Repubblica en el que clasifica a los cardenales en cinco grupos. Veamos algunos ejemplos:
- Los bergoglianos de hierro: Mario Grech, Francis Prevost, Luis Tagle, Víctor Fernández, Jean-Claude Hollerich, José Tolentino de Mendoça, Robert McEllroy.
- Los conservadores: Peter Erdö, Malcom Ranjith, Robert Sarah, Gerhard Müller, Raymond Burke, Willem Eijk, Anders Arbolerius, Timothy Dolan.
- El eje mediterráneo: Mateo Zuppi, Jean-Marc Aveline, Juan Omella, José Cobo, Antonio dos Santos.
- El eje institucional: Pietro Parolin, Marc Ouellet, Claudio Gugerotti, Arthur Roche, Kevin Farrell.
- Los outsiders: Fridolin Mobongo, Gerald Lacroix, Cristóbal López Romero y muchos otros de países lejanos.
Hay que tener presente una cosa: un cardenal creado por Bergoglio no es necesariamente bergogliano. En cualquier caso, puede ser bergogliano hasta el momento en que el cadáver papal aún esté caliente y luego deje de serlo.
Nadie sabe quién será elegido Papa en el próximo cónclave, pero cada uno puede hacer sus propias predicciones o análisis. En mi opinión, los grupos que tienen pocas posibilidades de ser elegidos son tanto los conservadores, por razones bastante
obvias, como los estrictamente observantes bergoglianos, por razones igualmente obvias: la Iglesia no toleraría otro pontificado con este nivel de enorme confusión, y normalmente, en los últimos siglos siempre se han elegido Papas más o menos opuestos al pontificado anterior. Por ejemplo, un liberal como Pío IX fue elegido para suceder a un conservador como Gregorio XVI, aunque el conejo finalmente se convirtió en liebre. A Pío IX lo sucedieron León XIII, de simpatías liberales, y San Pío X, ultraantiliberal. Y luego Benedicto XV, más bien inclinado hacia la izquierda. A Pablo VI, Juan Pablo I y II.
Por tanto, esta teoría parecería indicar que debería elegirse a un moderado. Y los moderados se encuentran en los otros tres grupos: mencionamos a Parolin, Aveline y decenas de outsiders desconocidos.
¿Qué nos conviene a nosotros, los tradicionalistas, que creemos firmemente que sin restauración de la liturgia nunca puede haber restauración de la fe, porque es la liturgia la que expresa la fe? Está claro que sería de nuestro interés que se eligiera un cardenal conservador. Pero no siento que Burke o Sarah, los más cercanos a nosotros, tengan ninguna posibilidad. No creo que ni siquiera el cardenal Müller tenga posibilidades: demasiado frontalmente opuesto a Bergoglio, tendrá contra él un buen batallón de enemigos dispuestos a luchar, sobre todo entre sus hermanos alemanes, que no permitirán un nuevo Ratzinger. Algún otro conservador podría tener alguna posibilidad, pero me pregunto qué margen de acción y qué capacidad de gestión podría tener. Todos están fuera de la Curia y sabemos que allí acecha una serpiente que ningún Papa ha logrado decapitar jamás.
COMENTARIOS
Un artículo interesante de Caminante-Wanderer (Vagabundo), en el que evalúa la posibilidad de elegir, a la muerte o renuncia de Francisco, entre diferentes candidatos, a un nuevo Pontífice.
Un par de comentario necesarios previos, antes de comenzar el análisis sobre las posibilidades de que alguno de los citados sea nombrado Papa:
a. La Iglesia vaticana está en crisis, y esta crisis impregna toda la estructura formal y no formal de la iglesia, por lo que la elección de un nuevo Papa es muy probable, que en muy poco o nada, afecte lo que sucede en esta Iglesia. Las estructuras no formales de la iglesia, las que se mueven en las sombras, especialmente la masonería, se encargarán de dar continuidad a los actuales programas. Esto no es necesario de demostrar, basta con observar cómo es que las cosas se mueven en Roma. Es lo que Mons. Carlo María Viganó llama "la iglesia profunda", que está coludida con el mundo, y específicamente, con las organizaciones de poder, y "Vagabundo le llama la serpiente a la que ningún Papa ha podido decapitar". Por eso no podemos esperar que, con el cambio de Papa, las cosas cambiarán diametralmente, regresando hacia la verdadera Iglesia, la Iglesia de Siempre. A menos que ocurra un verdadero milagro, por mediación directa de su Fundador.
b. Además de los cinco grupos citados por Jacopo Scaramuzzi, existe otro grupo más, que, aunque no es "candidateable" para un próximo sínodo, representa una opción para este cristianismo en extrema crisis. Este grupo, cada vez más numeroso de obispos, sacerdotes y feligreses, ha permanecido fiel a las enseñanzas de Iglesia Católica, y desde mediados del siglo pasado, optaron por seguir en la Iglesia Tradicional, la Iglesia de Siempre; no aceptaron las reformas emanadas del Concilio Vaticano II. Aún sin una cabeza visible en este mundo, sigue fielmente a la Única y Verdadera Cabeza de la Iglesia: Nuestro Señor Jesucristo.
No se puede decir que esta iglesia sea cismática, porque no ha desertado de las filas de Cristo, ni ha dejado de seguir a su único Maestro. En todo caso la
iglesia cismática es la que se separó del tronco de la fe, aceptando las novedades del modernismo o
"aggiornamento". Es una iglesia de catacumbas, que tiene que vivir y sufrir la incomprensión, las condenas y hasta las burlas de la iglesia "oficial".
Para esta Iglesia Católica Tradicional le tiene sin cuidado la siguiente elección papal, pues lo más probable es que quien suceda a Bergoglio caminará sobre los mismos rieles que le tiene trazado el enemigo, la iglesia profunda. Pero su esperanza sigue en pie. Finalmente, Cristo triunfará y reinará, junto con su Santísima Madre.
Respecto a la nota de DUC IN ALTUM sobre los pronósticos de los grupos en contienda por la Silla de Pedro, ciertamente lo "conservadores" son los que tienen menor oportunidad. Burke, Sarah, Müller o Erdó no serán electos. O mejor dicho, la "iglesia profunda" jamás lo permitirá, pues implicaría un retroceso en sus planes.
En segundo lugar, entre los que no serán elegidos están los "bergoglianos". La razón que manifiesta Caminante -Wanderer es que la iglesia vaticana no resistiría otro gobierno igual de destructivo. Aunque la gran mayoría de los votantes han sido elevados al rango de cardenales por Bergoglio, no por ello significa que aceptaría a uno similar. Sería firmar la sentencia de muerte para la iglesia vaticana, y quizás, para una buena parte de ellos, estarían firmando su carta de desempleo. Se quedarían sin sus beneficios y canonjías.
El autor, apuesta por los grupos de "moderados" entre los que están los "institucionales" como Parolin y Oulet, o los del "eje mediterráneo", donde destaca Zuppi y Jean-Marc Aveline. Finalmente se decanta por Mateo Zuppi, al que le ve más posibilidades.
Independientemente de que tenga razón, no representa ningún beneficio para la Iglesia. Sería el equivalente al pez que, ya puesto en el sartén, brinca para caer en las brasas, pues Mateo Zuppi es el campeón del ecumenismo, herejía que niega el origen divino de la Iglesia Católica y la pone al mismo nivel que las religiones paganas, que renuncia a la evangelización (tarea prioritaria encargada por N. S. Jesucristo a sus apóstoles antes de ascender al Cielo) y fomenta la idolatría.
Nada bueno podemos esperar del próximo cónclave… por ahora. Pero Cristo vendrá y pondrá las cosas en su lugar.