NOTICIA COMENTADA 665
¿Qué opinas de la tesis de sedemencare [La Santa sede me es indiferente]1? DUC IN ALTUM. 04dic23. https://www.aldomariavalli.it/2023/12/04/che-cosa-pensate-della-tesi-sedemenefreghista/
¿Qué opinas de la tesis de sedemencare [La Santa sede me es indiferente]1? DUC IN ALTUM. 04dic23. https://www.aldomariavalli.it/2023/12/04/che-cosa-pensate-della-tesi-sedemenefreghista/
Resumen:
TESIS "LA SEDE ME ES INDIFERENTE" (sedemencare)
Consciente de la crisis sin paralelo que golpea a la Iglesia desde hace mucho tiempo y constatando que entre los buenos las querellas, las divisiones y las interminables diatribas tienen a menudo por objeto el estado de la Sede Petrina (y de toda la jerarquía eclesiástica), como médicos privados (clérigos y laicos, teólogos, filósofos, canonistas, juristas e historiadores), hemos elaborado por unanimidad lo siguiente.
1. Que hay una crisis sin paralelo dentro de la Iglesia, que esta crisis ve a la genuina tradición católica abrumada por doctrinas heterodoxas (modernismo y neomodernismo), que esta crisis es una crisis doctrinal, litúrgica y moral, que esta crisis involucra al cuerpo eclesial (alumno y maestro2) hasta la Sede Romana no es algo que deba demostrarse sino sólo comprobarse;
- Que la crisis, que también tiene raíces antiguas, tuvo su punto de inflexión en el Concilio Vaticano II con la prevalencia del pensamiento no católico en la Jerarquía, hasta la propia Sede Romana, no es algo que deba demostrarse sino sólo señalarse;
3. Que la nueva liturgia impuesta por Pablo VI representa una construcción artificial y una ruptura objetiva con la Tradición ininterrumpida de la Iglesia y con el Dogma católico no es algo que deba demostrarse sino sólo señalarse;
4. Es deber de todo bautizado perseverar en la profesión de fe bautismal o en la fe de todos los tiempos, en la Doctrina inmutable recibida de los Apóstoles. Es deber de todo bautizado vivir y orar
de acuerdo con la santa voluntad de Dios manifestada en la Divina Revelación (Sagrada Escritura y Sagrada Tradición);
- Es deber de todo bautizado evitar todo lo que pueda ser perjudicial para el alma o todo lo que represente un peligro para la integridad de la fe;
6. Dada la extensión y gravedad de la crisis y hasta su resolución (condena y expulsión de la Iglesia de toda idea heterodoxa, retorno integral a la Tradición en la doctrina, la liturgia y las costumbres) es un deber de prudencia desconfiar de los jerarcas dominados por los no católicos, así como instituciones eclesiásticas que se convierten en instrumentos del pensamiento no católico;
- Es prudente atenerse a lo cierto (lex credendi , lex orandi y lex vivendi como siempre se ha enseñado) suspendiendo el asentimiento a todo lo dudoso;
- El fiel, clérigo o laico, no está llamado a examinar cada enseñanza, cada texto litúrgico, cada declaración de la Jerarquía para verificar si se ajusta o no al Depósito de la Fe. Más bien, se debe adoptar un criterio prudencial y "profiláctico":
1 Traducción tomada de la misma nota publicada en STILUM CURIAE de Marco Tosatti. La crisis de la Iglesia. He aquí la solución (temporal): la Sede me es indiferente. 02 de diciembre de 2023. https://www.marcotosatti.com/2023/12/02/la-crisis-de-la-iglesia-he-aqui-la-solucion-temporal-la-sede-me-es- indiferente/
2 Iglesia discente (fieles) e Iglesia docente (Obispos y sacerdotes).
si un pensamiento no católico ha infectado a la Jerarquía hasta la Sede Romana, se debe seguir con prudencia lo que se enseñó antes de la crisis y suspender el asentimiento a lo que se enseñó después;
- La suspensión del asentimiento no es un "examen libre" sino un deber de prudencia para la conservación de la fe. Al suspender el asentimiento, el juicio sobre la doctrina (de fe y/o de moral) y sobre la lex orandi se aplaza a la Autoridad de la Iglesia. Cuando la crisis sea superada y la Jerarquía vuelva a estar segura en la ortodoxia de la fe, será la Autoridad legítima la que juzgue;
10. La crisis puede considerarse superada cuando la Jerarquía (papa y unanimidad moral de los obispos) enseña la misma doctrina enseñada por la Iglesia ininterrumpidamente hasta el Concilio Vaticano II y se restablece la lex orandi de la tradición apostólica;
11. Debido a la implicación de la propia Sede Romana en la crisis, es legítimo cuestionar el estado de la Sede Papal. Es una opinión legítima de quienes creen que Jorge Mario Bergoglio es un verdadero Papa, aunque sea seriamente heterodoxo. Es legítima la opinión de quienes consideran a Jorge Mario Bergoglio como un ocupante ilegítimo de la Sede y/o como un antipapa. La opinión de quienes consideran vacante la Sede es una opinión legítima. Es una opinión legítima de quienes creen que la Sede sólo está ocupada físicamente. Es una opinión legítima de quienes leen sobre la crisis de la Sede romana con la figura del Papa herético. Es una opinión legítima de quienes leen sobre la crisis de la Sede romana con la figura del Papa cismático. También es legítima la opinión de quienes creen en la copresencia de "dos iglesias" detrás de las apariencias de una sola Iglesia (en la Iglesia posconciliar estaría la verdadera Iglesia de Cristo, la santa Iglesia Católica Apostólica Romana , y una neoiglesia gnóstica) con el Papa a la cabeza de ambos para que el Papa fuera el vicario de Cristo pero también la cabeza de una nueva fe, de un nuevo culto, de una nueva Iglesia. Es una opinión legítima de quienes consideran que los Papas posconciliares son verdaderos Papas, incluso si están marcados por un pensamiento no católico.
12. En cuanto al punto 11, son opiniones irreconciliables, por lo tanto no pueden ser todas verdaderas, sólo una puede ser la verdadera. Juzgar cuál es la verdadera sólo puede ser la Autoridad Suprema de la Iglesia. Hasta que la Suprema Autoridad de la Iglesia, una vez resuelta la crisis, no haya juzgado, todas ellas quedan meras opiniones, legítimas y discutibles;
- Como meras opiniones, ninguna de ellas, aunque legítimamente sostenible, puede ser un criterio certero para afrontar la crisis;
14. Dado que sólo la Autoridad Suprema de la Iglesia tiene derecho a juzgar la cuestión relativa a la Sede, desarrollar/apoyar una tesis u otra será un ejercicio inevitablemente destinado a la no solución. La cuestión de la Sede está destinada a permanecer abierta, sin resolver hasta el final de la crisis, hasta que se emita un determinado pronunciamiento por parte de la Autoridad Suprema;
- Las diferencias de opinión respecto de la Sede nunca pueden ser motivo de división ya que son opiniones discutibles y no verdades ciertas;
16. Cualquiera que sea la opinión sobre la Sede, dada la crisis comprobada (también de la Sede romana y de toda la Jerarquía), la actitud prudencial debe ser en cualquier caso la de suspender el consentimiento, esperando el fin de la crisis.
17. Démosle también a esta tesis nuestra el nombre de "sedenecare" en el doble sentido de:
- "No me importa" la cuestión de la [Santa] Sede, ya que es una cuestión irresoluble para nosotros y, por tanto, inútil preguntar;
- "No me importa" lo que emana de la [Santa] Sede, ya que quien se sienta (legítima o ilegítimamente, sólo material o incluso formalmente, de facto o de iure es una cuestión discutida) en la Sede está dominado por un pensamiento no católico y, por lo tanto, prudencialmente por no escuchar.
El grupo de los nueve
Publicado originalmente en italiano el 30 de noviembre de 2023, en La Crisi della Chiesa. Ecco la Soluzione (Temporanea): il Sedemenefreghismo.
COMENTARIOS
La "[Santa] Sede me es indiferente"… Es una declaración gravísima para un católico. Sin embargo, es comprensible; hay tanta confusión, tanta enseñanza contradictoria, tanta heterodoxia (afirmaciones no católicas o anticatólicas) dentro de la jerarquía eclesiástica, que bien pueden catalogarse como herejías. Y el punto de "inflexión", como bien lo dice este Grupo, es el Concilio Vaticano II; el punto donde se rompe la continuidad con la Tradición, para dar la entrada a la nueva iglesia postconciliar. Hemos llegado a este grado en el que un grupo de católicos con buena formación profesional, que incluye clérigos y teólogos (el Grupo de los nueve) simplemente afirman que "no les importa lo que sucede en la Roma".
Aldo María Valli invitó a sus lectores a expresarse sobre la tesis: "La Santa Sede me es indiferente". Selecciono solo algunos párrafos que emitieron sus lectores:
05dic23
Estimado Aldo María Valli,
Por supuesto, sólo la Autoridad en última instancia podrá ratificar la ocupación ilegítima de la Sede Petrina, pero creo que es necesario que cada creyente discierna y elija, formando en sí mismo una certeza de conciencia.
Personalmente creo en conciencia que, en virtud de la Constitución Pastor Aeternus (18 de julio de 1870) del Concilio Vaticano I, Jorge Mario Bergoglio no es ni puede ser el Papa número 266 de la Iglesia Católica, porque, si así fuera, Cristo nos habría engañado.
No olvidemos, en efecto, que al publicar en las Acta Apostolicae Sedis, como magisterio auténtico, la interpretación herética de Amoris laetitia hecha por los obispos argentinos, Bergoglio proclamó la primera herejía formal de un pontífice en la historia de la Iglesia católica.
Eufemiano Fuentes Querido Valli,
No tomar posición sobre una cuestión tan importante como el papado -y no olvidemos que para el catolicismo el papa (legítimo, obviamente) es la regla de fe- significa crear una religión para el propio uso y consumo, según los propios deseos, no muy diferente de la ideología subyacente a la masonería (en la que, según la constitución de Andersen, coexisten el moralista y el libertino). El libro del Apocalipsis se lanza contra este tipo de personas, que no son ni calientes ni frías, pero que no quieren tomar posición: "Como no sois ni calientes ni frías, estoy a punto de vomitaros de mi boca".
Firma ilegible
· Querido Valli
La postura de los Nueve me parece llena de sentido común. Gracias siempre por tu precioso trabajo. Paolo A. Rossini
· Estimado Aldo María.
Hermano en la fe, es decir, en lo más noble, como decía el Padre Pío: "Sólo hace falta una cosa: amar a Dios y elevar el espíritu". Por eso, nosotros que tenemos el don inconmensurable de la fe debemos preocuparnos sobre todo de defenderla, de protegerla, porque somos criaturas débiles. Después del abominable espectáculo de la pachamama en el Vaticano (primer mandamiento: no tendrás otro Dios delante de mí), me convertí en una persona a la que le importa un comino.
¡Acorde de sursum! Cristina Vai 06dic23
· Querido Valli
Hace unos años, cuando empezó a surgir la cuestión de si Bergoglio era Papa o no, hice un razonamiento sencillo. No sé si Bergoglio es Papa o no, pero de una cosa estoy seguro: no lo siento ni estoy en comunión con él. Luego empezó a pesarme mucho el hecho de que cada vez que el sacerdote mencionaba al "Papa Francisco" en la homilía de la misa por alguna declaración o acción suya, me ponía nervioso y la misa se arruinaba. Me pesó aún más que en la consagración,
participando de las palabras del sacerdote, le estaba diciendo a Dios, especialmente en un momento tan sagrado, la gran mentira de estar allí en comunión con nuestro Papa Francisco y nuestro obispo Cayo.
Ya no podía soportar esta mentira, sobre todo porque, tan pronto como salí de la iglesia, no faltaron oportunidades para hablar con otros creyentes sobre las tonterías o la herejía del Papa Francisco, etc., etc… Y entonces estoy en una especie de stand by. No sé si he perdido la fe. Quizás en el fondo, semiconscientemente, estoy esperando alguna intervención reveladora del Cielo.
· Querido Valli
Leí con interés en Duc in Altum la propuesta del Grupo de los Nueve sobre el sedemenofreghismo, encontrándola similar a la mía, que esencialmente se reduce a decir que si el Papa no confirma en la fe no debe ser seguido. Sin embargo, esta creencia mía, que me parece simple, si no exactamente banal, encuentra a menudo la oposición de las diversas tesis que el Grupo de los Nueve esboza claramente. Frecuentemente me encuentro frente a un catolicismo conservador que, en lugar de situarse en una posición crítica que se abre a actuar como verdaderos católicos, contrarrevolucionario, como merecen las iniciativas revolucionarias anticatólicas implementadas por Bergoglio, está dispuesto a acoger cualquier cosa (desde mi punto de vista, su propio posible suicidio) y se agota y se divide en torno a cuestiones sobre las que poco o nada puede hacer.
Estoy de acuerdo con la idea, pero en lugar de correr hacia San Pedro con pancartas y pancartas, consideraría apropiado empezar a vivir de primera mano y a dar testimonio firme de la fe de todos los tiempos, dondequiera que estemos. Si las acciones revolucionarias del concilio y del posconcilio han tendido a nublar, empañar y burlarse de la fe de todos los tiempos, la primera acción contrarrevolucionaria es redescubrirla y ponerla nuevamente en el centro como tradición secular y fe en Nuestro Señor. Jesucristo requiere.
Roberto Parisotto
· Querido vAlli
En cuanto al documento del Grupo de los Nueve, puedo decir que, a mi manera, me niego a escuchar lo que dice Bergoglio desde hace algún tiempo.
No quiero entrar en el fondo de lo que afirma, ni dividir entre buenas y malas afirmaciones. Realmente no lo escucho, y si alguien me cuenta sus palabras, tal vez para hacerme saber que dijo algo católico, como condenar el aborto, hago como que no pasó nada. No escuché nada.
Roberto Di Giannantonio
Después de leer estos y otros comentarios de los lectores de Aldo María Valli, me atreva a sintetizar algunos puntos:
- Que muchos católicos no creen en lo que dice Francisco
- Que hay muchos católicos que piensan de forma similar al Grupo de los Nueve. Y lo que antes fue la Santa Sede, ahora les es indiferente.
- Que las disgresiones, poca claridad y herejías de Francisco han llevado a muchas personas a abandonar la fe. Aunque en los comentarios aparecen al menos tres opiniones en este sentido, nos atrevemos a generalizar esta opinión en buena parte de los fieles.
- Que hay un punto de ruptura entre la Iglesia de Siempre y la "nueva iglesia". Es punto es el Concilio Vaticano II.
- Que necesitamos regresar al punto anterior al extravío en el camino… Necesitamos regresar a la Iglesia Católica anterior al concilio.
Conclusión.
Sin duda el Grupo de los nueve tiene razón. Pero a esta conclusión llegó hace 50 años el P. Joaquín Sáenz Arriga, cuando escribió su libro "Sede Vacante".