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Obispo emérito suizo. No puede bendecirse una unión pecaminosa" INFOVATICANA. Por Carlos Esteban. 21dic23. https://infovaticana.com/2023/12/21/obispo-emerito-suizo-no-puede-bendecirse-una-union-pecaminosa/
Resumen:
El obispo Marian Eleganti ha respondido a Fiducia supplicans en un ensayo publicado en kath.net en el que explica las razones por las que las parejas del mismo sexo no pueden ser bendecidas.
"El llamado magisterio de Francisco, que se presenta como algo nuevo y sin precedentes en comparación con la tradición, es un neologismo conceptual sin sentido del cardenal Fernández, porque los papas, como los obispos, son guardianes de las enseñanzas de la Iglesia y de su tradición ininterrumpida", escribe Eleganti. "Las verdades son eternas y no cambian con el espíritu de la época. En otras palabras, los papas y los obispos no aportan nada propio, sino que interpretan la fe constante de la Iglesia según la tradición, sin romper con ella".
"Por lo tanto, sigue siendo cierto que una práctica y unión pecaminosas no pueden ser bendecidas porque contradice el orden de la creación y la voluntad de Dios, y en tal caso, la Mons. Marian Eleganti, obispo auxiliar emérito de Coira, Suiza.
La bendición no puede ser dada ni recibida fructíferamente (cf. la justificación en el Responsum ad dubium de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la bendición de las uniones de personas del mismo sexo a partir de 2021 bajo el Card. Ladaria)."
"La Iglesia siempre ha enseñado esto", afirmó el exobispo auxiliar de Chur.
Eleganti explicó que una bendición es un sacramental y por tanto sólo es válida si quien la recibe y quien la administra tiene la disposición adecuada. Se diferencia de los siete sacramentos, que siempre son válidos independientemente de las creencias internas.
"Las bendiciones sin la correcta disposición interna del administrador y del destinatario son ineficaces porque las bendiciones no funcionan ex opere operato (por el trabajo realizado) como los sacramentos", dijo el obispo suizo.
"Son sacramentales. No hay una comprensión nueva y ampliada a este respecto, sólo afirmaciones falsas. En el sentido tradicional, no existe una bendición de primera clase (litúrgica) y de segunda clase (espontánea) por parte de los sacerdotes".
«Sin embargo, si en nuestro contexto se da la disposición interior correcta, entonces estas personas intentan arrepentirse, abandonar una práctica objetivamente pecaminosa (el concubinato y la interacción sexual) y corregirla», continuó.
"Por eso pueden recibir la bendición para crecer en la gracia y para el éxito de sus esfuerzos morales y de sus próximos pasos en la buena dirección, pero no como pareja por el malentendido y la imposibilidad de tal bendición".
COMENTARIOS
No sólo Mons. Eleganti, sino también algunos otros cardenales y obispos, y aún Conferencias Episcopales enteras, sobre todo en África, han protestado por este esta Carta Apostólica de Francisco Fiducia supplicans, en la que aprueba la bendición a parejas homosexuales.
Lo increíble es que se trata no sólo de sentido común, puesto que Dios no puede bendecir el pecado, sino de las lecciones más elementales de catecismo de la Iglesia Católica. Los hoy invitamos hacer un pequeño ejercicio de investigación o si ustedes quieren, de apologética, para darle un nombre más apropiado.
Los invitamos a tomar un catecismo católico, y consultar una Biblia, también católica, para resolver los siguientes interrogantes:
- ¿Dios puede equivocarse?
Claro que no. Dios no puede equivocarse. Y eso lo dice literalmente el Catecismo del H. Oficio Catequístico Diocesano, el mismo con el que la mayoría de nosotros se preparó para hacer la Primera Comunión.
Pregunta 20. ¿Qué tan ciertas son las verdades que la fe nos enseña? Y la respuesta que contestamos es la siguiente: las verdades que en la fe nos enseña son tan ciertas como verdades dichas por Dios que no puede engañarse ni engañarnos.
Pregunta 22. ¿Qué tan necesario es creer las verdades que la iglesia nos propone? Es tan necesario creer las verdades que la iglesia nos propone que sin fe de ellas nadie puede salvarse.
Entonces tenemos una primera respuesta: Dios no puede mentirnos, y debemos creer en su doctrina, como condición para poder salvarnos.
- ¿Quién escribió la Sagrada Biblia?
El Catecismo Mayor de San Pío X dice:
Pregunta 874. ¿Dónde se contienen las verdades que Dios ha revelado? Respuesta: las verdades que Dios ha revelado se contienen en la Sagrada Escritura y en la Tradición.
Pregunta 875. ¿Qué es la Sagrada Escritura? Respuesta: la Sagrada Escritura es la colección de libros que los Profetas y Hagiógrafos, los Apóstoles y los Evangelistas escribieron por inspiración del Espíritu Santo y la Iglesia ha recibido como inspirados.
Pregunta 882. ¿Puede haber error en la Sagrada Escritura? Respuesta: En la Sagrada Escritura no puede haber error alguno, porque siendo toda inspirada, el autor de todas sus partes es el mismo Dios.
Tenemos entonces otra verdad ya bien definida. La Sagrada Escritura toda está inspirada por el Espíritu Santo y, por lo tanto, el autor es Dios mismo. Por ello no puede contener errores.
- ¿Qué dice la Sagrada Biblia sobre las uniones homosexuales?
Definitivamente condena las uniones homosexuales, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Dice el Levítico: "No cometas pecado de sodomía, porque es una abominación" (18,22). Y luego más adelante: "El que pecare con varón como si éste fuera una hembra, los dos hicieron cosa nefanda; mueran sin remisión; caiga su sangre sobre ellos" (20,13).
Lo mismo sucede en el Nuevo Testamento, especialmente en la carta de San Pablo a los Romanos: (1, 26-27)
Por eso los entregó Dios a pasiones infames. Pues sus mismas mujeres invirtieron el uso natural, en el que es contrario a la naturaleza. Del mismo modo también los varones, desechando el uso natural de la hembra, se abrasaron en amores brutales de unos con otros, cometiendo torpezas nefandas, varones con varones, y recibiendo en sí mismos la paga merecida de su obcecación.
Una nueva verdad surge de esta consulta: Las Sagradas Escrituras consideran al pecado homosexual como abominable; es odiado por Dios.
- ¿Una persona, aún con la dignidad episcopal o papal, puede cambiar los dogmas?
Nadie puede hacerlo, ni siquiera un obispo o un Papa, porque los dogmas son las verdades fundamentales de fe, dictadas por el mismo Dios, que todos los católicos tenemos que creer, como condición para la salvación. Por eso Mons. Eleganti dice; "Las verdades son eternas y no cambian con el espíritu de la época…"
- ¿Bendecir a las parejas homosexuales es lo mismo que conferirles el Sacramento del Matrimonio?
Desde luego, no lo es. Una cosa es el Sacramento del Matrimonio, qué es "un sacramento instituido por Cristo para santificar la unión del hombre y la mujer y darle las gracias necesarias para ayudarse mutuamente y educar cristianamente a los hijos"1, y otra cosa es bendecir a una pareja.
Pero Dios no puede bendecir el pecado. Por lo tanto, Dios no puede aceptar el que uno de sus ministros bendiga una unión homosexual. De hacerlo, sería tanto como aceptar que lo que hacen los homosexuales es bueno; que para Dios esas uniones con parejas del mismo sexo, son buenas.
Dios no puede bendecir la homosexualidad, no sólo porque se trata de una relación antinatural, sino porque una bendición implica que la pareja "bendecida" cuenta con la aprobación de Dios para pecar.
- ¿Cuándo se produce una herejía?
Una herejía se produce cuando alguien contraviene la Doctrina revelada por Dios a los hombres. Si Dios Nuestro Señor, dice que el matrimonio es la unión de un hombre con una mujer con la finalidad explícita de concebir y educar cristianamente a sus hijos, y en esta tarea, alcanzar su santificación, entonces bendecir una pareja homosexual es una acción contraria a la Doctrina, porque, por una parte, estaría bendiciendo al pecado, y por otra, la pareja homosexual no tiene la facultad de concebir hijos, y mucho menos de educarlos, para que alcancen la salvación eterna.
La Teología Moral nos permiten afirmar categóricamente que la bendición de parejas homosexuales es una herejía, y la bendición del pecado, utilizando para ello el nombre de Dios, también lo es.
Y tratándose de Francisco y sus ministros, no podemos aceptar que se trate de una equivocación debida a la ignorancia; se trata de una verdadera herejía, no solamente es de carácter material, sino formal.
No podemos callar esta verdad. Si lo hacemos, sería hacernos cómplice de esos errores. No sabemos que está pasando en el Vaticano, pero es el colmo: parece que el "humo del Demonio", efectivamente, ha entrado en la cúpula de la Iglesia…