NOTICIA COMENTADA 672
Fiducia supplicans. Ocho mentiras e hipocresías en el documento. Por Araignée du Désert. STILUM CURIAE. 27dic23. https://www.marcotosatti.com/2023/12/27/fiducia-supplicans-otto-bugie-e-ipocrisie-nel-documento-araignee- du-desert/
Resumen:
Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, por recomendación de un fiel amigo de nuestro sitio, AR, a quien agradecemos, ofrecemos a su atención, en nuestra traducción, este artículo publicado por L'araignée du Désert.
Mentira no. 1: Esta nueva bendición no justifica nada ni promueve nada.
FALSO: Implícitamente promueve el acto homosexual, la unión homosexual como pareja y como Amor (ciertamente incompleto y no deseado por la Iglesia... pero aún así Amor). Porque en el texto no se hace mención a bendecir a las personas homosexuales de forma individual, ni a cada una de las dos personas que componen la pareja homosexual.
Mentira no. 2: Esta nueva bendición no es ni sacramental ni litúrgica
FALSO: Cuando bendice, generalmente no menciona el mal y no menciona el camino de conversión para escapar del acto pecaminoso (continencia y separación de la pareja). Entonces, en términos prácticos, su bendición justifica el acto de la pareja gay.
Mentira no. 3: Esta nueva bendición no tiene valor sacramental, por lo tanto no tiene nada que ver con el matrimonio.
FALSO: Es el primer paso. Se trata ya de un reconocimiento religioso oficial y tácito de la pareja gay. El texto nos dice que la bendición no es un matrimonio, y se declara "firme" en este punto... Debemos fijarnos en el valor simbólico de una ley o ritual. Porque es una realidad que, tiempo después, puede devorar el verdadero sacramento primario que inicialmente pretendió pasteurizar y al que inicialmente afirmó renunciar.
Es una estrategia equivocada: las parejas benditas querrán entonces que la Iglesia reconozca oficialmente su "amor", que Dios reconozca su "amor" y que los sacerdotes los casen en lugar de simplemente bendecirlos clandestinamente. El sacramentalismo es una terrible tentación y un pecado.
Mentira no. 4: Las bendiciones tradicionales no serán distorsionadas por nuevas bendiciones.
FALSO. Una bendición religiosa es siempre personal (ya que está dirigida a individuos). No colectivo. Esta nueva bendición elimina el carácter inherentemente individual de las bendiciones válidas, ya que está dirigida a las parejas. Apoya actos más que meros individuos. Los distorsiona. Como resultado, distorsiona las verdaderas bendiciones religiosas.
Mentira no. 5: Esta nueva bendición no es normativa ni oficial: es discrecional y opcional. FALSO: Es una opcionalidad pública, masiva y universal. Y validado por el Papa y el Dicasterio. Mentira no. 6: Esta nueva bendición es bíblica y cristológica.
Nunca he visto a Jesús bendecir a parejas adúlteras o homosexuales.
Mentira no. 7: Esta nueva bendición es una ayuda o una petición de ayuda.
FALSO: Se trata de una solicitud de garantía, consentimiento y adherencia. No es útil. Lo mismo ocurre con los sacerdotes que bendicen a las parejas homosexuales. No quieren simplemente ayudar a las parejas que bendicen o darles fuerza divina para separarse y obedecer la voluntad del Señor.
Mentira no. 8: Esta nueva bendición es una manera de decirles a los homosexuales que la Iglesia y Dios los aman.
FALSO. En el documento, por un lado, se agrupan las parejas homosexuales con las parejas adúlteras. Pero el adulterio es una elección. No es una tendencia homosexual. Gracias a la homofobia. Por otro lado, amarnos significa nombrar el mal, pedirnos continencia, pero a cambio escucharnos, recibirnos, ofrecernos los medios de un apostolado del fuego y reconocer públicamente que somos homofóbicos sin admitirlo con resentimiento, humildad y conciencia de que hasta ahora no has amado
COMENTARIOS
En el documento de Fiducia Supplicans emitido el 08 de diciembre de 2023, y publicado en la página del vaticanista Marco Tossati el autor, que firma con el pseudónimo Araignée du Désert (La araña del desierto) identifica ocho mentiras e inconsistencias en su redacción. Apoyamos sus reflexiones con algunos apuntes más:
Mentira 1: Esta nueva bendición no justifica nada ni promueve nada.
Dice el documento que esta nueva bendición no promueve nada. Si la bendición no justifica ni promueve nada, entonces
¿para qué se solicita? El trasfondo de esta Carta Apostólica es legitimar, mediante una bendición impartida por un sacerdote, las uniones de parejas del mismo sexo o en situación irregular.
Si alguno hace una petición que dice justificar nada ni pedir nada, miente, porque algo así carece de sentido. Y en el desarrollo de la Carta Apostólica está bien identificado el motivo: la bendición de parejas homosexuales y de matrimonios de divorciados.
Mentira 2: Esta nueva bendición no es ni sacramental ni litúrgica.
Claro que no es un sacramento y tampoco un sacramental. Un sacramento es un signo sensible instituido por Cristo para darnos la gracia, las virtudes y los dones del Espíritu Santo. Su finalidad es conferir, de manos de un sacerdote o un obispo, la gracia santificante para quien lo recibe. Los sacramentos bien administrados, por sí mismos, confieren la gracia. En el caso de los sacramentales, se trata de una petición que hace el sacerdote para que Dios conceda la gracia.
Pero en el caso solicitado se requiere de la participación de un ministro, que un sacerdote que ha recibido el Sacramento del Orden.
Antes de la venida de Nuestro Salvador los matrimonios eran solo contratos, pero Cristo lo elevó a la dignidad de Sacramento. Los contratos terminaron. Lo dice con claridad el Padre Faría1 en su Curso Superior de Religión: "entre los bautizados no puede haber un contrato matrimonial válido que no sea un sacramento". Y el Sacramento del Matrimonio tiene como fin "santificar la unión de un hombre y una mujer; y darles las gracias necesarias para ayudarse mutuamente y educar cristianamente a los hijos".
La validez del matrimonio se sustenta en tres condiciones: consentimiento mutuo, la presencia del sacerdote y la ausencia de todo impedimento dirimente.
En el caso de los homosexuales el primer y más grande impedimento es que no se trata de un hombre y una mujer, nacidos como tales.
En el caso de un matrimonio "irregular", es decir de uno o ambos divorciados, el impedimento es que el matrimonio es para toda la vida: "hasta que la muerte los separe". El que haya "fracasado" de alguna manera el matrimonio inicial, no por ello dejan de existir el vínculo que los unió en primera instancia.
En el caso de que se considerara un sacramental, hay otra objeción de fondo: Dios no puede bendecir el pecado. El pecado (y en especial la sodomía y el adulterio) son aborrecidos por Dios. El Bien Supremo, no es compatible con el mal, con el pecado.
Argumentan que no se trata de una bendición litúrgica, pero ya hasta se propuso un ritual para estas bendiciones.
Mentira 3: Esta nueva bendición no tiene valor sacramental, por lo tanto no tiene nada que ver con el matrimonio. Desde luego que nada tiene que ver con el matrimonio ni podrá tener valor de Sacramento ni siquiera de un sacramental. La razón, como ya se dijo, es que no se puede bendecir al pecado. Cuando se da una bendición en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, se está comprometiendo al mismo Dios, Trino y Uno. Si bien le fue dado a los apóstoles y
1 Faría, R. 1999. Curso Superior de Religión. Folia Universitaria. 438 y ss.
2 INFOVATICANA. 21 de diciembre de 2023. Proponen un ritual para la bendición de parejas homosexuales https://infovaticana.com/2023/12/21/proponen-un-ritual-para-la-bendicion-de-parejas-homosexuales/
sus sucesores la facultad para perdonar los pecados, "Y todo lo que atares sobre la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los cielos" (Mateo, Capítulo 16, Versículo 19), este poder no alcanza para cambiar los sacramentos ni los mandamientos.
Por lo mismo, es sacerdote que participe en esta falsa bendición, comete un grave sacrilegio. Implícitamente, si se bendice a una pareja homosexual o divorciada, es tanto como decirles, "adelante, sigan pecando". Entonces el sacerdote se convierte en cómplice y facilitador del pecado.
Recordemos que las bendiciones siempre son individuales, a las personas en particular, excepto en el matrimonio, que es a la pareja.
Mentiras 4 y 5: Las bendiciones tradicionales no serán distorsionadas por nuevas bendiciones. Serán discrecionales y opcionales.
Desde luego que no afectan al Sacramento del matrimonio ni a los sacramentales. Pero constituyen una piedra de escándalo para todos los católicos. Crean dudas, confusión, indiferencia y hasta la misma apostasía, el abandono de la Iglesia.
La Doctrina de la Iglesia es una sola, la que nos enseñó Nuestro Señor Jesucristo, y nadie tiene la autoridad para cambiarla, ni siquiera los obispo o un Papa. No existe ninguna "evolución" de los dogmas, como afirma el documento, por que Jesucristo, el mismo que ayer, es hoy; y lo será por los siglos de los siglos. (Carta de San Pablo a los Hebreos, capítulo 13, versículo 9). Si los dogmas cambiaran, tendríamos que aceptar que Cristo se equivocó, pero no es así. Señor, ¿a quién iremos?, Tú tienes palabras de vida eterna:
(Juan, capítulo 6 versículo 69). Vida eterna es la palabra clave. Son verdades para siempre.
La estrategia de estos modernistas es similar a la de los vendedores, que ponen el pie en la puerta, para que no la pueda cerrar el futuro cliente. Lo que quieren es una rendija por la que puedan entrar, para luego abrir la puerta completa. Es sólo el primer paso. Obteniendo la bendición, ya tendrán un reconocimiento religioso oficial y tácito de la pareja gay o del matrimonio de divorciados.
Mentira 6: Esta nueva bendición es bíblica y cristológica.
Otra gran mentira. Cristo nunca bendijo a la parejas gay, ni al adúltero, ni al pecado en general; sí al pecador que se arrepiente. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento solo encontramos citas de condena para estos pecados y la alegría de Dios cuando se convierte el pecador.
La satisfacción del Señor por un pecador que se convierte es enorme, como queda descrita en las parábolas del "Hijo Pródigo", o de la "oveja perdida". Pero esa es la condición: arrepentimiento y propósito de no volver a pecar.
Mentiras 7 y 8: Esta nueva bendición es una ayuda o una petición de ayuda, es una manera de decirles a los homosexuales que Dios los ama.
Desde luego, es un intento de limpiar su conciencia. Pero esta ayuda tiene que transitar por el arrepentimiento y la conversión. Dios ama a todos los hombres, pero no ama al pecado. Y para ello pone los medios necesarios para su reconciliación y su salvación. Pero el perdón de los pecados es imposible sin la confesión, que tiene como punto central el arrepentimiento, la contrición. Si quieren acercarse a la Iglesia, solo deben pedirlo a Dios. Él pone los medios para el retorno a la Casa Paterna. Pero no podrá hacerlo si no tienen la intención dejar el pecado.
Bendecir el pecado es una autorización para seguir pecando.