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10.01.2024

"Debemos abrir las puertas a Cristo no al mundo. Estoy muy preocupado por la Iglesia". Habla el Cardenal Zen. Por Aurelio Porfiri. DUC INA ALTUM. 29dic23. https://www.aldomariavalli.it/2023/12/29/dobbiamo- aprire-le-porte-a-cristo-non-al-mondo-sono-molto-preoccupato-per-la-chiesa-parla-il-cardinale-zen/

Resumen:

El tiempo de Adviento y Navidad ha sido siempre uno de los momentos más intensos del año litúrgico, en el que recordamos la Encarnación del Hijo de Dios que viene a salvarnos. Un hermoso testimonio es el ofrecido por el obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen, que en un nuevo libro ofrece sus meditaciones sobre este tiempo litúrgico.

El título se refiere sólo al Adviento, pero en el libro hay textos que también se refieren a la Navidad, tiempo de gracia en el que nos preparamos para recibir al Niño Jesús. ¡Como los pastores y los sabios de Oriente, y como José y María, acogemos la venida del Niño que nos trae paz y amor! Aunque nos sintamos parte del grupo de los grandes pecadores no debemos desesperarnos porque Jesús nació precisamente para nosotros. No imitemos a los mesoneros de Belén, ni a los habitantes de Jerusalén, a los principales sacerdotes y a los ancianos del pueblo, al cruel Herodes: todos cerraron su corazón. Deberíamos orar por ellos y pedirle a Dios que abra la puerta de sus corazones, que derrita sus corazones de piedra. Porque ellos también son hijos de Dios, debemos esperar que los que están afuera puedan entrar y los que están adentro puedan quedarse.

En verdad, es un tiempo de gracia para todos, un tiempo en el que estamos llamados a apresurarnos como los pastores y los Reyes Magos en el pesebre para adorar al Niño Jesús. En un hermoso villancico, Adeste fideles, dice "et nos ovanti gradu festinemus", con pasos alegres apresurémonos a ir ante Emmanuel, Dios con nosotros. Este es un tiempo en el que también sentimos con fuerza la presencia de María, la Madre de Jesús, María que es nuestra ayuda, María Auxiliadora, nombre tan querido para nosotros los salesianos. ¡Debemos encomendar nuestro dolor y sufrimiento a María! Hoy nos parece que hay muchos motivos para desesperarnos, pero María no nos abandona, ella está con nosotros y nos muestra a su Hijo, nuestro Salvador.

Cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong.

Estoy preocupado. Lo que está sucediendo en Alemania parece similar a lo que ocurrió hace años en Holanda, donde la fe vivió una crisis devastadora. Me preocupa que algunos, bajo el pretexto de la sinodalidad, quieran llevar adelante una agenda muy personal que implica la introducción de ideas que están en conflicto directo con esa doctrina de la Iglesia que la Iglesia tiene el deber de salvaguardar y no puede cambiar... Me parece ver signos de una gran discontinuidad entre lo que está sucediendo hoy y los pontificados anteriores. Confiamos su barca, su Iglesia, a Jesús durante la tormenta en el lago, porque sólo Él puede conducirla a un lugar seguro.

Incluso en este caso no puedo evitar expresar mi preocupación. El sínodo es un órgano consultivo de los obispos en unión con el Papa. Podría parecer que dejar votar a quienes no son obispos es algo bueno, pero en realidad no lo es por el simple hecho de que distorsiona lo que debería ser un sínodo. De esta manera se socava la estructura misma de la Iglesia.

Usted, junto con otros cardenales, también firmó las dubia dirigida al Santo Padre. ¿No estás contento por eso?

Aquí no se trata de ser feliz. El Papa (o alguien en su nombre) redactó una respuesta inusualmente rápida a nuestras dudas, pero desafortunadamente la respuesta no aclara realmente las preguntas que le planteamos. Parece ser el método habitual utilizado en la Iglesia en las últimas décadas, en el que no se responde "sí, sí, no, no, sino que se dan respuestas que aparentemente cierran la puerta de entrada en algunas cuestiones, dejando la puerta de atrás abierta de par en par. El pueblo de Dios necesita claridad, necesita tener referentes firmes en materia de doctrina y moral, no estas respuestas resbaladizas. Ya vivimos tiempos de gran incertidumbre, la Iglesia debe ofrecer doctrina cierta, no materia fluida. Un lema cartujo dice

stat crux dum volvitur orbis, la cruz es estable mientras el mundo gira. Aquí debemos intentar recuperar este fuerte sentido 

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Se trata de una entrevista que hace Aurelio Porfiri al obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen, con motivo de la publicación de un libro de Meditaciones sobre el tiempo de Adviento. La nota es más extensa, por lo que se hicieron algunos recortes, pero cuidando su sentido original.

Algunos puntos sobre la larga trayectoria del Cardenal Zen.

El cardenal Zen tiene en su historia el haber resistido y sufrido en carne propia las innumerables persecuciones del gobierno chino. Ahora cumplirá 92 años. Le tocó vivir en su adolescencia la revolución comunista de Mao Tse Tung. Después vino una gran represión contra todas las religiones, especialmente el cristianismo.

  • Presenció, primero como sacerdote (1961) y luego como obispo coadjutor de Hong Kong (1996) la creación de la Asociación Patriótica Católica China (APCC) (1993), una especie de Iglesia católica paralela a la Iglesia Romana, dependiente del Partido Comunista Chino. Dado que era imposible acabar con el catolicismo, el gobierno chino creó su propia iglesia "católica", ordenando sacerdotes y designando sus propios obispos. Desde luego, la Santa Sede dictó la excomunión a todos los obispos y sacerdotes de la APCC.
  • A partir de entonces encontramos dos iglesias en China: la "oficial" la APCC, dependiente del Partido Comunista, y la Iglesia Católica que permaneció fiel a Roma, sobre la cual se recrudecieron las persecuciones, destruyendo iglesias, arrestando a obispos y sacerdotes, así como a algunos fieles, que permanecieron en la cárcel por años, y otros más que continúan en las listas de desaparecidos. El cardenal (2016) Joseph Zen estuvo en prisión en repetidas ocasiones, incluso recientemente, en mayo de 2022, ya con 90 años, fue nuevamente arrestado, acusado de "colaborar con fuerzas extranjeras"1. Este cardenal siempre se ha mostrado firme en defensa de la Iglesia. Su valentía, en modo heroico, queda manifiesta cuando declara en su homilía2 después de ser liberado: "El martirio es algo normal en nuestra Iglesia… Es posible que no tengamos que sufrirlo… Pero también es posible que tengamos que soportar algo de dolor y fortalecernos para mostrar nuestra Persecución religiosa en China lealtad a nuestra fe".
  • Con la llegada de Bergoglio al Vaticano, iniciaron algunas negociaciones del Vaticano con el Gobierno Chino, que culminaron en la firma de los "Acuerdos Secretos" en 2018, que terminaron en el reconocimiento o legitimación de la APCC por parte de Roma; se levantó la excomunión a sus sacerdotes y obispos y se abandonó a la iglesia clandestina, la que permanecía fiel al Papa. Todo a cambio de que el Vaticano tuviera participación en el nombramiento de los obispos chinos. En esta negociación participaron de manera directa tanto los jesuitas orientales, como el "famoso" obispo estadounidense T. E. McCarrick (reducido al estado laical por abusos y pederastia) y por el cardenal P. Parolin, el actual Secretario del Estado Vaticano. ¡Increíble! Se cambió un fin espiritual por un fin político. Se renuncia al gobierno universal de la Iglesia y a su finalidad de la santificación de


1 Vidal Liy, M. 11 de mayo de 2022. Hong Kong arresta a un destacado cardenal que apoyó las protestas a favor de la democracia. El País. https://elpais.com/internacional/2022-05-11/hong-kong-arresta-a-un- destacado-cardenal-que-apoyo-las-protestas-a-favor-de-la-democracia.html

2 Esteban, C. 26 de mayo de 2022. Cardenal Zen: "El martirio es algo normal en nuestra fe" INFOVATICANA.

https://infovaticana.com/2022/05/26/cardenal-zen-el-martirio-es-algo-normal-en-nuestra-fe/


las almas, puesto que cede su misión evangelizadora a la APCC, solo a cambio de la promesa -no cumplida- de que el gobierno chino le permitiera participar en la designación de obispos. ¡Increíble!

En primera instancia la facultad de nombrar obispos corresponde de manera ordinaria a la Santa Sede y en segundo lugar, se dejó a su suerte a los verdaderos católicos. Es evidente que el Cardenal Joseph Zen3 estuvo en desacuerdo y reprobó esos "acuerdos secretos". Repetidamente pidió audiencia en el Vaticano, petición que no fue atendida.

4. En vísperas de la celebración del Sínodo sobre la Sinodalidad, el Cardenal Zen, junto con otros cuatro cardenales (Brandmüller, Sarah, Burke y Sandoval) presentaron las "dubia" o "dudas", con la intención de frenar las herejías que parecían venir, o mas bien formalizarse, durante el Sínodo, y pidieron que se contestaran con un SÍ o un NO: ¿Se puede afirmar algo contrario a lo que la Iglesia siempre a enseñado? ¿Son lícitas las bendiciones a parejas homosexuales? ¿Se puede conferir el Sacramento del Orden a las mujeres? ¿El sínodo será deliberativo, aún sin la participación de todos los obispos? ¿Se puede dar la absolución, aunque no haya arrepentimiento y propósito de enmienda? Ya no hubo una respuesta del Vaticano.

Este es el contexto en el que Mons. Zen escribe ahora sus Meditaciones de Adviento. Expresa su preocupación por la crisis de la Iglesia. Deja en claro que la Iglesia debe abrir sus puertas para que los que están afuera conozcan a Cristo, pero no para hacerse una con el mundo. No es la iglesia la que debe adaptarse al mundo, es el mundo el que debe convertirse a Cristo. Por eso menciona el hermoso lema de los Cartujos: "La Cruz permanece mientras el mundo gira"


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