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20.01.2024

MONS. ROBERT BARRON LE ADMINISTRÓ EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN. El actor Shia LaBeouf fue recibido en la Iglesia el pasado domingo. INFOCATÓLICA. 04ene24.https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=48397

Resumen:

Shia LaBeouf, actor conocido por protagonizar las tres películas de Transformers, Indiana Jones y la Calavera de Cristal, Yo Robot u otras más subidas de tono, anunció en agosto del 2022 que se había convertido al catolicismo mientras trabajaba en la película «Padre Pío», en la que interpreta al santo. El pasado domingo recibió el sacramento de la confirmación de manos de Mons. Robert Barron.

Register/InfoCatólica) La estrella de Hollywood Shia LaBeouf fue recibido en la Iglesia Católica con el sacramento de la confirmación por parte de Mons. Robert Barron, obispo de Winona-Rochester, Minnesota, el domingo por la tarde.

La Provincia de los Capuchinos Franciscanos en el Oeste de Estados Unidos anunció esta feliz noticia el martes, en su cuenta de Facebook.

Su padrino de confirmación de LaBeouf, el fraile capuchino hermano Alexander Rodríguez, dijo el miércoles a CNA que el actor tiene el deseo de llegar a ser diácono «en algún momento del futuro». LaBeouf comenzó a considerar la idea del diaconado durante la filmación durante el pasado año de la película «Padre Pío». En esa película, LaBeouf interpretó a San Pío de Pietrelcina y Rodríguez interpretó el papel de un fraile.

«Él mencionó espontáneamente: 'Quiero convertirme en diácono', y todavía siente eso», dijo el hermano Rodríguez.

La ceremonia tuvo lugar en la Parroquia capuchina de la Padre Pío Shia LaBeouf Antigua Misión Santa Inés en Solvang, California, la misma parroquia a la que LaBeouf acudió inicialmente para prepararse para su papel como fraile franciscano en la película Padre Pío.

LaBeouf, de 37 años, acaparó titulares en agosto de 2022 después de revelar, en una entrevista de 80 minutos con el obispo Barron, que su interpretación de Padre Pío le había llevado a amar la fe católica.

En la entrevista, mencionó que era agnóstico antes de encontrar a Dios. Dijo que recibió la bar mitzvah a los 13 años, pero nunca abrazó la fe judía.

A pesar de sus éxitos como actor en películas de gran éxito como Transformers, Fury, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, y Holes, su vida era muy conflictiva. Enfrentó problemas legales varias veces y actualmente enfrenta una demanda presentada por su exnovia acusándolo de ser violencia doméstica.

Alejado de su madre debido a su espiral descendente, LaBeouf le dijo al obispo Barron que había llegado a un punto en el que pensó en quitarse la vida, diciendo: «No quiero estar aquí más».

En la entrevista con el obispo Barron, dijo que creía que Dios utilizó su entusiasmo por resucitar su decaída carrera cinematográfica para ponerlo en el camino hacia la curación y la paz personal.

En la entrevista de más de una hora, LaBeouf también reveló su experiencia con el Rosario, la Eucaristía, la lectura de las Confesiones de San Agustín, su gusto por la Misa tradicional en latín y la paz que encontró después de reconciliarse con su madre.

Shia comenzó el proceso de catecumenado para adultos, tal como está previsto en Estados Unidos, aunque con algunas adaptaciones. Por ejemplo, cuando pensaron en el bautismo descubrió que un tío metodista ya lo había bautizado, aunque él no lo recordaba y no había recibido formación cristiana.

COMENTARIOS

Pudiera parecer una historia extraordinaria -y de hecho lo es-. Un actor agnóstico de origen judío, que interpreta la vida de una persona que vive en santidad: El Padre Pío, se convierte en católico, y no solo eso, quiere ser un diácono.

Si viviéramos en otros tiempos donde el catolicismo se mostraba fuerte, y donde la instrucción religiosa fuera el pan de cada día, no tendríamos solo a un converso, sino a cientos o miles de ellos.

Pero el cristianismo cambió a raíz del Concilio Vaticano II, dónde se decidió que la iglesia tenía que adaptarse al mundo, y no el mundo a la iglesia, tal y como se venía enseñando por 2000 años.

Aún más, no sabemos exactamente lo que pasa por la cabeza de Bergoglio, pero ha prohibido tratar de convertir, adoctrinar, hacer prosélitos, llevar la palabra de Dios a todos los pueblos ya a los mismos confines de la tierra. ¿Cómo podemos esperar que se conviertan y se salven? ¿podemos amar a Dios si no le conocemos? ¿Podemos esperar que lleven una vida santa, cristiana, si no se les da a conocer la doctrina y se les enseña cómo practicarla?

Es increíble, pero el mundo parece haber renunciado a la única verdad que salva, Cristo, por medio de su Iglesia. Y lo que ahora nos enseñan no son más que algunas minucias. Se tratan diferentes temas, pero casi nada de religión. Explícitamente se prohíbe hacer proselitismo, a predicar la verdad. Hemos olvidado el mandato divino: "Id y predicad el evangelio a toda criatura; el que crea y se bautice, se salvará. Y el que no crea, se condenará".

Si analizamos con un poco de criterio los mandatos de Francisco, pensaríamos que se trata de un complot para perder a las almas.

Cuántas personas como La Beouf (que interpreta al Padre Pío) o Jim Caviezel que representó al mismo Cristo, en la película de Mel Gibson, se han convertido, porque han vivido la experiencia maravillosa de ser otros Cristos.

Tenemos que regresar a enseñar la doctrina desde la misma casa, llevarla a las escuelas, a las oficinas a los servicios públicos, y proclamarla como lo hacían los Apóstoles. Y entonces el mundo será diferente. Tendríamos miles de personas deseosas de abrazar la Cruz de Cristo y de dar testimonio por ello. Y tendríamos más justicia, paz y caridad cristiana.

La idea de que la iglesia debe de hacerse una como el con el mundo, es una idea nefasta para la cristiandad. No es la iglesia en la que tiene que hacerse como el mundo, sino el mundo debe convertirse a la iglesia.

Ciertamente vivimos tiempos apocalípticos, pero también son tiempos apropiados para dar testimonio de la fe que sostenemos. El tiempo del "cristiano", cómodo, en el que se va la Santa Misa cuando se quiere, que se confiesa y comulga quizás dos o tres veces al año (o ninguna), ya no sirve para estos tiempos. Necesitamos personas comprometidas con Cristo devotos fervorosos de la Santísima Virgen y dignos testigos de su fe, sabiendo que las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo son las únicas que nos puede salvar.

Pero no termina ahí nuestra misión. Si bien es cierto que las palabras motivan y el ejemplo arrastra, nuestra obligación es llevar el mensaje de Cristo a todos los rincones de la tierra, empezando por nuestros familiares, amigos, vecinos y compañeros, en las diferentes actividades del mundo. Ser como Cristo, pero también mostrar el camino por el cual se llega a Él. 

Bien por Le Boeuf y muy bien por Caviezel, que tuvieron la gracia de representar a personas de santidad extrordinaria, que con el solo hecho de asumir sus papeles, quedaron "ipso facto" prendidos de ellos.


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