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EN TODOS LOS PAÍSES OCCIDENTALES. Las tasas de natalidad alcanzan mínimos históricos mientras se promueven políticas abortistas extremas. INFOCATÓLICA. 03mar24. https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=48880
Resumen:
La despenalización total del aborto en el Reino Unido y la votación a favor de incluir el aborto en la Constitución francesa subrayan la paradoja entre la legalización del procedimiento y las cada vez más bajas tasas de natalidad en estas naciones.
Últimamente se ha visto un gran esfuerzo por parte de los abortistas para establecer por ley el «derecho» a matar a los bebés en el vientre materno durante los nueve meses de embarazo.
En Estados Unidos, Joe Biden está haciendo del feticidio un tema central de la campaña presidencial de 2024, y la vicepresidenta Kamala Harris recorre el país en una «gira abortista» para animar a los votantes. En el Reino Unido, se está impulsando la despenalización total del aborto. Y en Francia, el Senado acaba de votar a favor de incluir el aborto en la Constitución francesa.
Consideremos esto en el contexto de un flujo aparentemente interminable de titulares que advierten de que casi todas las sociedades modernas se enfrentan a un problema acuciante: no hay suficientes bebés. He aquí una muestra de titulares recientes:
- Global News: «La tasa de fertilidad de Canadá ha alcanzado su nivel más bajo de la historia».
- Fox News: «La tasa de natalidad en España cae al nivel más bajo desde que se tienen registros hace más de 80 años», con un descenso del 25% sólo en la última década.
- The New York Post: «Los nacimientos en EE.UU. siguen disminuyendo, ya que casi la mitad de las mujeres menores de 45 años no tienen hijos», con una caída de casi el 55% en el período anterior de cuatro años.
- The Guardian: «La natalidad en el Reino Unido cae a mínimos históricos mientras los activistas dicen que "procrear es un lujo"».
- The Guardian: «Los nacimientos en Japón alcanzan un mínimo histórico mientras el gobierno advierte de que la crisis está en 'estado crítico'».
- Y otro: «La tasa de fertilidad de Corea del Sur cae a mínimos históricos pese a los 270.000 millones de dólares en incentivos». Titulares de otros medios aluden a los «temores de extinción» de Corea del Sur.
- El Deccan Herald: «Singapur se enfrenta a la reducción de su población: la tasa total de fertilidad cae por primera vez por debajo del 1%».
En países como Canadá, esto se traduce en un sistema sanitario tambaleante y en una creciente presión sobre los ancianos y los enfermos para que «opten» por la eutanasia. Incluso China, que esterilizó por la fuerza a un número incalculable de mujeres y abortó por la fuerza a decenas de millones de bebés, trata ahora desesperadamente de impulsar políticas pro natalidad y básicamente ruega a las mujeres que tengan hijos ante la inminencia del precipicio demográfico.
En Francia se producen más de 200.000 abortos al año. En Canadá se practican 100.000 abortos al año; en Estados Unidos, unos 800.000; en España, 90.000; en Corea del Sur, 30.000; en Japón, 120.000; y en Singapur, 4.000.
Según el Instituto Guttmacher, se producen aproximadamente 73 millones de abortos al año en todo el mundo. La verdad es que no hay escasez de bebés. La verdad es que son asesinados en una crisis de derechos humanos. El pronatalismo es una broma de mal gusto si al mismo tiempo se defiende el «derecho» a descuartizar a los bebés en el vientre materno. Si las sociedades quieren sobrevivir, el mundo tiene que debatir seriamente sobre el aborto.
COMENTARIOS
Se trata de un gran problema que parece nadie quiere ver.
Es un grave problema moral, un verdadero genocidio contra inocentes, indefensos en el vientre materno, que no tienen culpa alguna, y sin embargo se les asesina de las más crueles maneras, y en cualquiera de las distintas etapas de su desarrollo fetal; desde que son apenas hoy pequeños óvulos fecundados, hasta cuando ya alcanzaron el desarrollo completo y son perfectamente funcionales. Actualmente nos habla esta nota de 73 millones al año, pero a estas cifras "oficiales" hay que sumarles un porcentaje no menor del 30 o 40 por ciento. Al menos 100 millones de inocentes masacrados con métodos crueles. Recordemos, como lo dicen las Sagradas Escrituras, que la sangre de los inocentes clama justicia desde la tierra, ¡y será escuchada por Dios!
El segundo problema hoy es de carácter social, pues estamos provocando hoy un desequilibrio entre el número de nacimientos y el número de defunciones. Cada vez tenemos menos población infantil y mayor población adulta y senil, con las implicaciones en los programas educativos, sanitarios y económicos. Y a la falta de nacimientos se une el ataque sistemático a la familia, lo que origina múltiples problemas como la desintegración familiar; el hecho de que los jóvenes ya no quieran casarse, o si lo hacen, ya no quieren tener hijos, problema que se asocia con los anticonceptivos y el aborto. Y cuando se tienen hijos, las condiciones sociales para su orientación y guía no son las apropiadas: abandonados en casa, cuidados por los abuelos, o en manos de los videojuegos y las adicciones o la delincuencia.
No sólo se trata de un desequilibrio entre nacimientos y defunciones, sino también de una alteración completa de los estilos culturales en el mundo. Los países denominados occidentales, que se supone se derivan de la concepción cristiana del mundo, son los que presentan tasas más bajas de reemplazo, comparados con los países musulmanes, de tal forma que sólo es cuestión de tiempo -y no mucho- para que el islam domine al mundo, como la religión más importante. Pero el islam no es solo una religión, es una forma de gobierno y toda una cultura, donde se desprecia a la mujer y se promueve la violencia social de manera sistemática. Mientras en los países cristianos la tasa de reemplazo es de 1.6-1.9, en los países islámicos es superior a 3.
La tasa de reemplazo se refiere al número de hijos que cada mujer en edad fértil debe tener, en promedio, para mantener a la actual población actual de un país o del mundo. Dicho de otra manera, cada mujer debería tener entre 2 y 3 hijos para mantener a la actual población, y con ello, conservar estables las instituciones sociales y el desarrollo de país. (En el gráfico, la línea punteada horizontal señala la tasa de reemplazo.1 )
Un tercer problema es de carácter psicológico, pues el aborto sistemático afecta gravemente la salud mental de todos los que participan. Se trata de un problema pandémico de salud mental, donde el sentimiento de culpa por el asesinato realizado origina neurosis, depresión, y desde luego, suicidio. No es posible pensar en una mujer, o una pareja, que haya provocado la muerte a su hijo, esté perfectamente sana mentalmente. No es posible, porque la naturaleza humana, con la conciencia moral impresa por Dios desde la concepción en todos los seres humanos, no tolera ese nivel de incongruencia. Más de la mitad de las regiones del mundo no llegan a la tasa de reemplazo .
Hoy pero también estamos hablando de un problema económico hoy que tiene varias implicaciones: hoy en primer lugar hoy la tasa de reemplazo a nivel mundial ya está ligeramente abajo del 2.1 o 2.2, que es el promedio necesario para seguir manteniendo el mismo número de habitantes del planeta y, por consiguiente, el aparato productivo de las diferentes naciones. Y lo peor es que hoy las naciones denominadas como desarrolladas, con altos índices de productividad, son las que tienen puntajes menores en la tasa de reemplazo. Para seguir manteniendo su ritmo de desarrollo tendrán que promover políticas que faciliten el que las familias tengan mayor número de hijos, o bien hoy importar migrantes -lo cual no siempre es buena idea- de los países con alta tasa de natalidad, que son los africanos y de religión musulmana.
Hay un problema más de tipo económico, y es que en la población mundial cada vez es más anciana, son pocos los jóvenes que tendrán que soportar el sostenimiento de estos grupos sociales. Los gobiernos ya no tienen recursos para mantener a los ancianos y para brindarles los servicios de seguridad social que requieren. Por eso es que en muchos países se está promoviendo y aprobando la eutanasia, la muerte de los ancianos y de los enfermos. Como dijo Alex Schadenberg2 funcionario público canadiense: «Las personas muertas no cuestan dinero, no necesitan tratamiento»
Pocos son los países todavía cristianos que han instrumentado políticas para proteger la familia y para incrementar el
número de hijos; básicamente son países ubicados en el norte y este de Europa, como Hungría, Polonia y la misma Rusia,
que alguna vez fueron oficialmente comunistas, enemigos del cristianismo.