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04.05.2024

El obispo Strickland alerta de la apostasía fomentada por «prelados y fuerzas poderosas en el Vaticano». INFOVATICANA. Por Redaccioninfovaticana. 22abr24. https://infovaticana.com/2024/04/22/el-obispo-strickland-alerta-de-la-apostasia-fomentada-por-prelados-y-fuerzas-poderosas-en-el-vaticano/

Noticia:

El defenestrado obispo emérito de Tyler, Joseph Strickland está verdaderamente preocupado por el futuro de la Iglesia tal y como se aprecia en su última carta publicada en su página web personal.

El obispo Strickland recuerda en la carta publicada la semana pasada que «el propósito último de la Iglesia que Jesucristo estableció es la salvación de las almas. Esto cumple el mandato divino con el que comienza esta carta: que nuestra misión es traer a Jesucristo, la Verdad Encarnada, a la humanidad como la revelación de la verdad sobrenatural».

Strickland escribe que «es de suma importancia que la humanidad abrace a Jesucristo y Su Iglesia. Sin embargo, el tremendo desafío de esto se ve claramente en estos tiempos cuando Su vaso elegido, la Iglesia, que está plagada de debilidad humana y pecaminosidad, lucha contra Aquel que la creó: el Divino Hijo de Dios».

«La Iglesia es santa, pero está compuesta de seres humanos pecadores y, aunque está guiada por la verdad sobrenatural, a menudo se estanca e incluso se corrompe por las cosas de este mundo natural«, reconoce el obispo obligado a dimitir el pasado año por su claridad doctrinal.

Ahora, con la libertad que goza de ser emérito, el obispo sigue proclamando a los cuatro vientos la dura situación que atraviesa la Iglesia en estos momentos. Strickland señala que «en nuestro tiempo, parece que la abrumadora presencia de arcilla frágil en la Iglesia amenaza con borrar la verdad sobrenatural que es su corazón y su alma. Cristo nos ha prometido que la Iglesia no será aniquilada por los poderes del infierno, pero debemos elegir diariamente vivir la verdad sobrenatural que es Jesucristo».

Es por ello que afirma que «es imperativo que también reconozcamos que esta tendencia de la Iglesia a ser dominada por la frágil arcilla de este mundo –en detrimento de su verdadera misión de construir una fe sobrenatural– ha ido ganando impulso durante más de un siglo» y no duda en señalar que «más de un papado está seriamente implicado en la falta de fe sobrenatural necesaria para hacer frente a la marea de apostasía».

Con la claridad y valentía que le caracteriza, Strickland critica que «demasiados prelados no sólo exhiben una falta de fe sobrenatural de su parte, sino que también están "empeñados" en eliminar todo vestigio de fe sobrenatural de la Iglesia«. El obispo emérito de Tyler asegura que «esto ha ido cobrando impulso durante muchas décadas, pero debemos abrir los ojos al crescendo de la apostasía que estamos presenciando ahora. Ya sea en la liturgia, la doctrina o la simple piedad cotidiana de los católicos, demasiados prelados y fuerzas poderosas en el Vaticano están haciendo todo lo posible para desmantelar todo vestigio de fe sobrenatural, así como cualquier comprensión de la verdad sobrenatural que Jesucristo nos ha revelado».

El obispo Joseph Strickland anima a los fieles católicos de todo el mundo en estos momentos «en que muchos de los pastores encargados de proteger el rebaño está ahora aliados con los lobos» a participar con especial devoción en la Santa Misa y creer «en la presencia real y sobrenatural de Cristo en la Eucaristía es el corazón y el alma de nuestra fe».

COMENTARIOS 


El obispo Joseph Strckland fue separado de su cargo como obispo de Tyler, Texas, por el Vaticano, específicamente por Francisco, por oponerse a algunas de sus ideas y acciones, que se contraponen abiertamente con la Doctrina Católica. No es el primero que recibe este "castigo", pero sí es uno de los que ha seguido luchando junto con otros obispos católicos como Robert Sarah, Leo Burke, Gerhard Müller, Carlo María Viganó, y Athanasius Schneider, Marian Eleganti, entre otros. Todos ellos se oponen a la mayoría de las ideas modernistas heréticas que surgen desde el mismo Vaticano II y ahora son promovidas por su jerarquía.

Desde luego, no son los únicos. Los mencionados pertenecen a un grupo de opositores a Bergoglio, que podríamos llamar "conservadores", que han sido formados bajo la influencia del Concilio Vaticano II -que en sus documentos ya está sembrada la herejía modernista- pero aún así se oponen a la evidente contradicción de las novedades vaticanas con el dogma católico, en su doble soporte: Las Sagradas Escrituras y la Tradición.

Es necesario aclarar que existe otro grupo de obispos, a los que llamaremos -para separarlos del grupo anterior- "tradicionalistas", que con una legítima sucesión apostólica se negaron a aceptar las reformas modernistas del Vaticano II y han seguido trabajando conforme a los mandatos preconciliares y defendiendo la sana Doctrina de la Iglesia. Estos obispos desarrollan su labor pastoral al margen del Vaticano, lo cual es una ventaja, pero, desde luego, carecen de un "reconocimiento oficial", que tampoco es una limitante de fondo, pero no facilita su labor misionera.

Una tercera línea es la Iglesia ortodoxa, que no reconoce al Papa Romano como máxima autoridad, pero sí la Doctrina Cristiana. En términos generales -porque existen varias líneas dentro de la ortodoxia- mantienen con más pureza la doctrina de la Iglesia, y actualmente, como Iglesia con reconocimiento oficial, son un baluarte para el cristianismo. Entre éstas se encuentra la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Un aspecto más. Cuando una persona o un obispo niega una o más de las verdades contenidas en el Dogma de la Iglesia, se convierte automáticamente en hereje y en apóstata. Hereje, porque reniega de una o más verdades; apóstata porque se separa -también automáticamente- de la Iglesia, aunque no haya una declaración oficial. En pocas palabras: todos los que niegan alguna verdad enseñada por Cristo y conservada en el Magisterio de la Iglesia, se convierte en hereje y además queda fuera de la Iglesia; cae en apostasía.

Volviendo al tema del obispo Strickland. Claro que tiene razón para protestar y para recordar que la misión de la Iglesia es la salvación de las almas. Comentaremos algunas de sus afirmaciones:

  • "…el propósito último de la Iglesia que Jesucristo estableció es la salvación de las almas. Esto cumple el mandato divino con el que comienza esta carta: que nuestra misión es traer a Jesucristo, la Verdad Encarnada, a la humanidad como la revelación de la verdad sobrenatural"

La iglesia vaticana actual está más preocupada por la paz mundial, la inmigración, el cambio climático y el cuidado de la tierra, y otros temas de orden mundano. Sí, son importantes, pero esa no es la misión de la Iglesia. Su misión es enseñar al mundo a vivir como Cristo nos enseñó, a fin de salvar nuestras almas. No es hacerse una con el mundo, sino, por el contrario, convertir al mundo a Cristo. Pobres siempre habrá; la injusticia es fruto del egoísmo y a su vez, éste de la naturaleza caída del hombre; los pretextos para robar y extorsionar siempre sobran, como es el caso del fraude llamado cambio climático, que es un pretexto para enriquecer a unos y empobrecer a otros.

Desde la infancia, cuando estudiamos el catecismo, hemos aprendido que los enemigos del hombre son el demonio, la carne y el mundo; pero al parecer lo hemos olvidado, y ahora la iglesia vaticana trabaja por hacer un mundo mejor. No es mala su intensión, pero esa no es su misión. Para mejorar al mundo existen cientos de instituciones humanas. La Iglesia tiene que mostrarnos el camino para llegar al cielo, ayudarnos a vivir en gracia, a enriquecer nuestra vida espiritual… todos estos son conceptos olvidados por la nueva iglesia vaticana.

  • "… pero debemos abrir los ojos al crescendo de la apostasía que estamos presenciando ahora. Ya sea en la liturgia, la doctrina o la simple piedad cotidiana de los católicos, demasiados prelados y fuerzas poderosas en el Vaticano están haciendo todo lo posible para desmantelar todo vestigio de fe sobrenatural, así como cualquier comprensión de la verdad sobrenatural que Jesucristo nos ha revelado".
  • "… muchos de los pastores encargados de proteger el rebaño, está ahora aliados con los lobos".

Nada más verdadero. Ahora nos están queriendo convencer de bendecir a las parejas homosexuales, como si fuera un acto de caridad. No es así. El pecado es malo porque es intrínsecamente perverso, y no se puede bendecir.

También están intentando convencernos de que el infierno no existe o, si existe, está vacío, porque Dios es inmensamente misericordioso, y todo perdona, aunque no le tengamos arrepentimiento por nuestras faltas. Falso. El infierno y el castigo eterno son dogmas de fe. Recordemos que la mejor estrategia del demonio es hacernos cree que no existe, y, por ende, tampoco el infierno. Y ya muchos han caído en esta trampa. Caerán más aún con las predicas de la nueva iglesia.

Cierto es que Dios es inmensamente misericordioso, pero sólo con aquél que se convierte, que se arrepiente del pecado y pide perdón. Bien lo dijo Nuestro Señor antes de su gloriosa Ascensión: "el que crea y se bautice, se salvará, y el que no crea, será condenado". Creer y bautizarse implican la conversión. De igual forma dice bien San Agustín: "El que te creó sin ti, no puede salvarte sin ti".

Nos intentan convencer de que todas las religiones son buenas, son queridas por Dios, y en todas ellas se puede encontrar la salvación. Falso. Es quizás la mentira más grande que nos quieren hacer creer. Si esto fuera cierto, no tendría sentido ni la venida redentora del Hijo de Dios, ni su pasión y muerte, ni la misma Iglesia fundada por Él. ¿Para qué venía a sufrir y morir por nosotros si de todas maneras nos íbamos a salvar? ¿Para qué fundar una Iglesia que siempre sería perseguida por las fuerzas del mal? Ésta es la más grande mentira que se ha inventado Satanás, pero que ahora se divulga desde el Vaticano

Ciertamente: muchos pastores se han aliado con los lobos


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