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06.05.2024

Golpe de Estado en la Iglesia. La subversión golpeó así. Y lo sigue haciendo de forma cada vez más radical. DUC IN ALTUM. Por Monseñor Carlo María Viganò. 20abr24. https://www.aldomariavalli.it/2024/04/20/golpe-nella-chiesa-la-sovversione-ha-colpito-cosi-e-continua-a-farlo-in-modo-sempre-piu-radicale/

Noticia:

¿Qué es un golpe de estado? Es… el derrocamiento del poder establecido para cambiar el régimen por la fuerza o el fraude. Puede ser perpetrado por grupos o élites que actúan espontáneamente o con la cooperación de terceros, nacionales o internacionales. Uno de los casos más evidentes de golpe de Estado es el golpe de Estado de la élite globalista anticristiana al que estamos asistiendo y en el que la mayoría de los gobiernos son emisarios del Foro Económico Mundial. Los funcionarios públicos actúan en interés de sus financistas en detrimento de los ciudadanos, y los representantes electos traicionan su mandato impunemente o manipulan las elecciones para llegar al poder y ejecutar las órdenes de los subvertidores. Ahora bien, esto es un golpe de estado, un golpe que en esta ocasión no involucra a una sola nación, sino a todo el mundo occidental.

Hablar de un golpe de Estado en la Iglesia puede, por tanto, parecer inaudito, sobre todo si consideramos que la Iglesia católica es una monarquía absoluta de derecho divino y, como tal, exenta -por su propia constitución divina- de las graves fragilidades de las democracias modernas. Pero si lo pensamos bien, también la visión católica del Estado prevé de algún modo la copresencia de lo humano y lo divino, limitada a los fines fijados por la institución temporal, pero donde Cristo es Rey y el soberano su lugarteniente, exactamente como en la Iglesia Cristo es Rey y Pontífice y el Papa su Vicario. La primacía de las cosas espirituales sobre las temporales y de la vida eterna sobre la vida terrena significa que la autoridad de la Iglesia (y del Papa) es necesariamente superior a la del Estado (y a quien lo gobierna), asegurando a este último una asistencia especial para conducir a los súbditos hacia la vida eterna que es su objetivo último. Pero si es el Señor quien guía y modera todas las sociedades terrenas con su Providencia, son los hombres los que deben tomar decisiones morales no sólo como individuos, sino también como cuerpo social, ayudados para ello por la Gracia del Estado. Es, por tanto, deber de los individuos y de las sociedades reconocer públicamente a Jesucristo como su Rey, porque omnia per ipsum facta sunt: et sine ipso factum est nihil, quod factum est [Todas las cosas fueron hechas por Él,: y sin Él nada fue hecho] (Jn 1, 3). La visión católica del Estado tiene su fundamento en la ley natural, deseada por Dios Creador e inscrita en el corazón de cada hombre: un orden que se inclina ante Cristo Rey es el único verdaderamente capaz de perseguir el bonum commune, más allá de cualquier posible diferencia de creencias de sus ciudadanos.

Con el pecado individual el hombre rechaza el orden divino -que es cristocéntrico- y con el pecado social se rebela contra Cristo Rey: regnare Christum nolumus [No queremos que cristo reine]. Ésta es el alma infernal de la Revolución, con la que Satanás pretende anular en sus efectos la obra de la Redención, anulando la Realeza social de Cristo. Es, pues, el Enemigo quien opera detrás de cada plan subversivo, detrás de cada golpe de Estado; y lo hace a partir de la secularización de la autoridad y la democratización y parlamentarización de los gobiernos, porque una autoridad que no adora a Dios y no se reconoce sujeta a Él no sólo no está obligada a obedecerle, sino que hará todo lo posible para ofenderlo y violar su ley eterna.

Todos los Papas denunciaron y condenaron el golpe de Estado llevado a cabo por la Masonería en las naciones cristianas, donde derrocó a las Monarquías Católicas para establecer repúblicas en las que el poder nominalmente pertenecía al pueblo, pero en realidad estaba en manos de la Masonería y sus servidores.

La Revolución, ya sea francesa o bolchevique, en la España comunista o en el México liberal, en la Alemania nazi o en el Canadá globalista, siempre se logra con un golpe de Estado, en el que la autoridad de Dios es negada y usurpada invariablemente por las mismas fuerzas, para tomar progresivamente el poder. Los grandes Pontífices que lucharon valientemente contra las sectas masónicas sabían muy bien que el plan enemigo consistía en la destrucción de la societas christiana para sustituirla por el Nuevo Orden Mundial de origen masónico y luciferino. Muchos de los documentos publicados en aquel momento -e inmediatamente desacreditados como "teorías de la conspiración"- informaban claramente de los pasos para lograr esta tecnocracia, que hoy vemos llevada a cabo por los herederos de los conspiradores del siglo XIX. Y para ser más exhaustivo no podemos ignorar cuán lúcido fue el análisis de aquellos Papas, hasta el punto de identificar al sionismo asquenazí como el verdadero coordinador de la acción disolvente de la masonería en todos los estados. Estos poderes subversivos están todos unidos por un pactum sceleris [pacto criminal], que consiste en compartir crímenes atroces bajo el sello de un secreto y de una complicidad que los hace chantajeables y, por tanto, maniobrables.

Tenemos, por tanto, pruebas de que el golpe es un ataque satánico al corazón de la sociedad, y que ya ha sido perpetrado en un contexto civil, logrando eliminar esencialmente a todas las naciones cristianas. Después de los grandes trastornos de los últimos tres siglos, la Iglesia católica aún no había sido golpeada; y para herirlo en el corazón bastaba con replicar el esquema ya adoptado en los gobiernos temporales: corromper a sus gobernantes y funcionarios, socavar el carácter sagrado de su Autoridad y debilitar la eficacia de su gobierno transformando su estructura monárquica en una especie de república parlamentaria. Y así lo hicieron, aplicando a la Iglesia la dinámica de cualquier sociedad temporal.

Don Andrea Mancinella, en su examen muy claro de la crisis de la Iglesia, nos muestra de manera indiscutible que el cuerpo eclesial fue víctima de un golpe de Estado bien planeado, de un golpe de Estado, de hecho. La documentación presentada permite tener una mirada concisa y comprensible sobre los avances de la Revolución que esta acción subversiva trajo a la Iglesia con el Concilio Vaticano II.

En este golpe, una élite subversiva que llamamos iglesia profunda logró infiltrarse en la Iglesia, derrocando el poder establecido con una lenta pero inexorable acción de sustitución de sus funcionarios: desde el Papa hasta la mayoría de su Senado, el Sacro Colegio; desde el Secretario de Estado hasta el funcionario más humilde; desde el Obispo al vicario parroquial, desde el Prefecto del Clero al profesor del pequeño Seminario, desde el General de la Orden al Maestro de novicios de un monasterio en la montaña. Nadie se salvó de esta purga, que tal vez contó con más víctimas que el Terror, para dar paso a una horda de herejes, corruptos y viciosos no menos chantajeables que sus homólogos en la esfera civil, hasta el punto de compartir incluso sus perversiones y crímenes, como lamentablemente aprendemos de las noticias.

Que este golpe de Estado denunciado en el libro pertenece a la Revolución y está inspirado en ella, lo confirma el hecho de que el derrocamiento de la "iglesia preconciliar" para establecer la "iglesia conciliar" -que pretende ser diferente de la Iglesia católica precisamente para marcar la ruptura deliberada entre vetus y novus ordo - se logró con la democratización y parlamentarización de su gobierno, a través de la cual el poder del Romano Pontífice fue flanqueado por el de los órganos asamblearios - Sínodo de los Obispos, Conferencias Episcopales , Comisiones, Concilios - que, por un lado, debilitan el Primado petrino y, por otro, coordinan y "colegializan" la autoridad de cada uno de los obispos, derrocándolos.

El proceso de sinodización de la Iglesia iniciado con la colegialidad conciliar teorizada en la Lumen Gentium y completada por Bergoglio es intrínsecamente revolucionario porque se basa en la anulación de la Realeza social de Cristo, solemnemente proclamada unos años antes por Pío XI… El rito reformado se reinterpreta en un sentido escatológico precisamente para vaciarlo de su influencia en la sociedad. Por otra parte, los principales documentos del Vaticano II y todo el "magisterio" posconciliar están indiscutiblemente imbuidos de los principios revolucionarios y del espíritu del mundo: el secularismo del Estado y el ecumenismo irenista son las piedras angulares de la Revolución, de la Masonería y de la, de hecho, de "iglesia conciliar". Y es significativo que este proceso revolucionario incluyó también la rehabilitación del judaísmo con Nostra Ætate y la cancelación de la doctrina de la sustitución, revelando las analogías con lo ocurrido en todas las naciones víctimas de la Revolución.

COMENTARIOS 

El cardenal Carlo María Viganó elabora un prefasio para la obra-ensayo "Golpe en la Iglesia" de Don Andrea Mancinella, publicado en Italia por Radio Spada, por las ediciones "Médias Culture et Patrimoine".

En esta obra, Mancinella demuestra cómo es que la Iglesia fue tomada por el enemigo mediante un Golpe de Estado, establece quién es el autor, cuál es el procedimiento seguido y en qué momento preciso en que se asestó este golpe, aunque venía preparándose con décadas (y hasta siglos) de antelación.

¿Quién es el que provoca el golpe de Estado? La masonería. No se sabe con exactitud cuándo fueron elaborados los planes para tomar el control de la Iglesia, paro algunos detalles salieron a la luz en 1859, con la primera publicación la "La Alta Venta" o La Alta Vendita" documento realizado por la masonería pero que fue dado a conocer por el historiador francés Jacques Crétineau-Jol y luego difundida al público católico, por orden de S. S. Pío IX, como medida preventiva, tratando advertir sobre el peligro que se avecinaba.

Entre otras cosas, este documento dice[1]:

"… Es un deber de las sociedades secretas hacer el primer ataque a la Iglesia y al papa, con el objeto de conquistarlos a los dos... Necesitamos un papa para nosotros, si tal papa fuera posible. Con ese papa marcharemos de forma más segura al asalto de la Iglesia, que con todos los libritos de nuestros hermanos franceses e ingleses"

"En un plazo de cien años…los obispos y sacerdotes creerán que están marchando detrás de la bandera de las llaves de Pedro, cuando en realidad estarán siguiendo nuestra bandera… LAS REFORMAS TENDRAN QUE SER INTRODUCIDAS EN NOMBRE DE LA OBEDIENCIA"

Con toda claridad, en éstas líneas se expresan las estrategias para destruir la Iglesia; la primera es infiltrarla con miembros de la masonería o atraer a esta organización a miembros de la jerarquía eclesial; y la segunda, y prácticamente definitiva, es poner a un Papa masón o, al menos, que siga las órdenes de la masonería, y que haga que la iglesia católica se mueva en un sentido distinto al trazado por Nuestro Señor Jesucristo, acorde con las intesiones de la masonería.

Analizando el texto de la "Alta Venta", comparado con la situación actual, Monseñor Viganó deja bien claro cómo es que se han alcanzado estas metas:

"En este golpe, una élite subversiva que llamamos iglesia profunda logró infiltrarse en la Iglesia, derrocando el poder establecido con una lenta pero inexorable acción de sustitución de sus funcionarios: desde el Papa hasta la mayoría de su Senado, el Sacro Colegio; desde el Secretario de Estado hasta el funcionario más humilde; desde el Obispo al vicario parroquial, desde el Prefecto del Clero al profesor del pequeño Seminario, desde el General de la Orden al Maestro de novicios de un monasterio en la montaña... Nadie se salvó de esta purga, que tal vez contó con más víctimas que el Terror, para dar paso a una horda de herejes, corruptos y viciosos no menos chantajeables que sus homólogos en la esfera civil, hasta el punto de compartir incluso sus perversiones y crímenes, como lamentablemente aprendemos de las noticias.

Otro dato importante que aporta Don Andrea Manchinella es que siempre encuentra en la raíz de la masonería al sionismo asquenazí, es decir, la masonería implantada y controlada por los judíos sionistas.

Respecto al cómo se llevó a cabo esta infiltración, los pasos que se siguieron son los mismos que la revolución empleó para subvertir el orden social en las diferentes naciones: corromper a sus gobernantes y funcionarios, socavar el carácter sagrado de su Autoridad y debilitar la eficacia de su gobierno transformando su estructura monárquica en una especie de república parlamentaria… justo lo que ahora vemos en la nueva iglesia vaticana: funcionarios corruptos, contaminados por el amor a la riqueza, por la homosexualidad y la pedofilia; feligreses que cuestionan con insolencia la autoridad de sus Pastores y aún más, asumen roles de autoridad que no les corresponden y para los cuales no tienen la preparación suficiente, ni las gracias especiales que otorga el Sacramento del Orden; donde sus votos en sus asambleas valen lo mismo que los de sus obispos; y con las introducción de la sinodadlidad, ahora sí tenemos una organización parlamentaria, y en el nombre de la democracia se pueden cometer inumerables estupideces, como las propuestas por el Camino Sinodal Alemán, de eliminar el Pecado Original del Dogma Católico (ver NV 555), afirmar que la Iglesia Católica no tiene la verdad (ver NV 692), o negar la confesión a niños y adolescentes, para que nos sean acosados sexualmente por los sacerdotes (ver NV 699)!!!

Francisco ha sido muy claro cuando dice "o la Iglesia es sinodal o no es nada"… "La sinodalidad expresa la naturaleza de la Iglesia, su forma, su estilo, su misión". Luego sus compañeros jesuitas se lanzan contra la organización jerárquica de la Iglesia, organización intituída por N. S. Jesucristo[2]:

La Iglesia no es una pirámide, sino una comunidad, donde cada cristiano cumple su misión, como pastor, seglar o vida religiosa. No ha de haber una elite cultural, espiritual o clerical que domine desde arriba, sino que todos participamos de la misma fe y del don del Espíritu. Así pues, aquello que nos afecta a todos, está llamado a ser dialogado por todos.

Esto no es otra cosa que subvertir la autoridad de la Iglesia. Cristo la instituyó sobre Pedro, a él lo eligió sobre el resto de sus apóstoles, y lo puso a la cabeza de su Iglesia. Y Pedro tiene autoridad sobre sus apóstoles, representados ahora por los obispos, y éstos a su vez tienen autoridad sobre los sacerdotes, quienes también la tienen sobre sus fieles. Es una autoridad jerárquica que además implica responsabilidad, una obligación sobre aquellos a los que Dios puso bajo su cuidado.

Sobre el cuándo se concretó el Golpe de Estado, Viganó establece el momento preciso: el Concilio Vaticano II, donde se establecen la libertad religiosa, el falso ecumenismo, la modernización o "aggiornamento" de la iglesia y las participación de los laicos en la organización y dirección de la propia Iglesia. Todo esto aparece ya en los documentos emanados del Concilio, entre los que destacan Lumen Gentium (la sinodadlidad-democratización de la Iglesia), Sacrosantum Concilium (reforma de la liturgia, la "nueva misa" o "novus ordo", repudiando la Misa de siempre, la Misa Tridentina) Dignitatis humanae (sobre la libertad religiosa, que supedita la Verdad objetiva a la subjetividad de las personas) y Nostra aetate, sobre la modernización de la iglesia y las demás religiones, en un ecumenismo mal entendido.

El verdadero ecumenismo del Concilio Vaticano I se enunció como estrategia para que las demás religiones cristianas volvieran al redil de la Iglesia Católica, no para que la Iglesia Católica se hiciera igual a las religiones paganas.

La Iglesia vaticana, como dijo Francisco, no es otra iglesia, sino una iglesia diferente…[3]


[1] Juan Suárez Falcó. GLORIA TV. Breve crónica de un golpe de estado masónico en la iglesia:

Estudio jurídico-teológico de la renuncia de Benedicto XVI. En: https://gloria.tv/post/NE2pWwDW4wn4181SrP2eQT761

[2] Codina, V. ¿Qué es la sinodalidad? Pastoral S.J. https://pastoralsj.org/creer/3470-que-es-la-sinodalidad

[3] van Brantegem, K. 11 de octubre de 2021. No es otra Iglesia, sino una Iglesia diferente. ¿Qué quiere decir el Papa? STILUM CURIAE. https://www.marcotosatti.com/2021/10/11/no-es-otra-iglesia-sino-una-iglesia-diferente-que-quiere-decir-el-pap 


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