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21.08.2024

BIBLIA. Transhumanismo, una ideología anticristiana. LA NUOVA BUSSOLA QUOTIDIANA. Por Paolo Gulisano. 21ago24. https://lanuovabq.it/it/il-transumanesimo-unideologia-anticristiana

Resumen:

Orientar a la sociedad hacia una condición "posthumana", haciendo inmortal al hombre a través de las tecnologías. Éste es el objetivo del transhumanismo, un nuevo culto cientificista. Un libro de Gianluca Marletta reconstruye sus orígenes, indicando algunas herramientas para combatirlo.

El "transhumanismo" es un término cada vez más presente en los debates culturales y científicos. Muchas voces lo presentan de forma positiva, subrayando cómo el uso de los nuevos descubrimientos tecnológicos podría modificar aquellos aspectos de la condición humana considerados "indeseables", en particular las enfermedades, el envejecimiento, el dolor y la muerte.

El significado del término "transhumanismo" fue esbozado sistemáticamente por el biólogo, genetista y escritor inglés Julian Huxley, hermano del más conocido Aldous Huxley, autor de la novela distópica más inquietante jamás escrita, "El mundo feliz", donde representa una terrible totalitarismo que controla ampliamente las mentes y conciencias de los hombres, a través de medios de persuasión logrados a través de la comunicación y a través de drogas, nuevas drogas poderosas que influyen en el comportamiento.

Julian Huxley introduce el término transhumanismo en el texto publicado en 1957 con el título New Bottles for New Wine, una clara referencia al Evangelio de un autor exponente del cientificismo ateo. Una parodia intencionada. Pero el término en realidad fue tomado prestado de una obra de un amigo suyo, el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, que huele a herejía, quien lo creó y lo utilizó en su texto de 1949, "El futuro del hombre". En el sentido original de Huxley, el transhumanismo indica al hombre que sigue siendo humano, pero que se trasciende a sí mismo, realizando el nuevo potencial de su naturaleza humana, para su naturaleza humana, colocándolo en un escenario de emancipación de la humanidad en el que ésta asume conscientemente la tarea de guiarla. El proceso evolutivo general. Es el regreso, una vez más, del mito de Prometeo, al que acompaña el de Gaia, la antigua divinidad griega identificada con la Tierra, un organismo vivo que respira y, para algunos, una especie de diosa a la que adorar.

El término transhumanismo ha evolucionado luego y existen muchos pensadores de esta corriente, pero en resumen representa el intento de orientar la sociedad hacia una condición "posthumana".

Para profundizar en la historia y el pensamiento de este fenómeno, se encuentra en librerías el volumen Transhumanesimo. Máscara y rostro de la poshumanidad (Cinabro Edizioni) de Gianluca Marletta, estudioso de la antropología cultural. El libro nos muestra cómo esta ideología es la más peligrosa jamás concebida, porque a lo largo de los siglos han existido muchas filosofías concebidas para cambiar las sociedades humanas, mientras que en este caso el objetivo es cambiar al hombre mismo.

Marletta, estudiosa de las cuestiones sociológicas y religiosas, no sólo reconstruye la dinámica del transhumanismo, remontándose a las ideologías que lo inspiraron y difundieron, sino que ofrece, tras cuidadosos análisis, hipótesis realistas para contrarrestar este fenómeno remitiéndose a las ideas y a la cosmovisión de tradición.

El transhumanismo es una especie de culto que, dentro de la visión más amplia del progresismo, quiere cambiar la sociedad, con aspiraciones prometeicas. Para algunos transhumanistas, mediante la extensión artificial de la vida, mediante la ingeniería genética, los xenotrasplantes, mediante el injerto de nanotecnologías y microchips en nuestro interior para intervenciones intracelulares y para la reparación de cualquier daño físico, mediante la inteligencia artificial y el vertido de la memoria del sujeto en un ordenador indestructible. medios de comunicación, tarde o temprano seremos capaces no sólo de erradicar cualquier defecto cognitivo, la fragilidad física, la enfermedad y el envejecimiento, sino que finalmente seremos capaces de vencer a la muerte, que es el mayor obstáculo a las aspiraciones y a la inacababilidad del bienestar. Aquí pues, el transhumanismo se remonta a la seducción primordial, la que Satanás realiza hacia la primera mujer y el primer hombre: "Serás como Dios". Alcanzar la inmortalidad terrenal significaría deshacerse definitivamente del cristianismo.

Para el transhumanismo, la condición de inmortalidad debe caracterizarse por la eterna juventud o al menos por una derrota de la vejez y de la felicidad absoluta, de lo contrario la inmortalidad fácilmente correría el riesgo de convertirse en una vejez infinita y un aburrimiento interminable. No basta con ser inmortal: también necesitamos la garantía de que la misma técnica omnipotente también asegura la felicidad. Por tanto, la construcción tecnológica de la inmortalidad apunta a una felicidad transhumana que coincidirá con la maximización del bienestar-placer, y consistirá en una suma cuantitativamente ilimitada de placeres. En este "paraíso terrenal", los términos bien y mal ya no tendrán el mismo significado que han tenido durante más de 2.000 años.

COMENTARIOS 

Una nota sencilla en su descripción, pero preocupante en cuanto a sus alcances e implicaciones. Nos plantea un escenario en el que el hombre trasciende su naturaleza para convertirse en el amo y señor de sí mismo y del mundo. Tiene como finalidad convertirse en un ser omnipotente, feliz e inmortal. Con la manipulación de la genética y los avances tecnológicos nos promete terminar con el dolor, la tristeza y aún la muerte, que estarán sujetas al control humano. Nos prometo encontrar el paraíso en este mundo.

Si bien es cierto que al momento no todas estas innovaciones están disponibles, la promesa se cumplirá en un corto y mediano plazo.

Pero, ¿qué implicaciones tiene para un cristiano? Veamos algunas posibilidades y sus consecuencias

POSIBILIDADES

  • Cualquier deficiencia humana podría ser subsanada por la ciencia, que asume la función de Dios: una enfermedad, una deficiencia física, problemas de capacidad intelectual, los problemas que surgen en la interacción humana, etc.
  • Borra el dogma de pecado original. Si el hombre en algún momento de su historia ha tenido la inclinación al mal, como resultado del pecado original de nuestros primeros padres, la ciencia ahora podría revertir esa tendencia, controlando los impulsos negativos y orientando la conducta hacia lo bueno.
  • Hace innecesaria la Redención. Si la misión de Nuestro Señor Jesucristo fue pagar con su Sangre nuestros pecados e instituir su Iglesia como medio de salvación, ya no son necesarias ni su Pasión y Muerte y menos su Iglesia. Todo se puede solucionar con una vida feliz y eterna que nos proporcionará la ciencia y la tecnología
  • Desaparece la necesidad del juicio particular y final, y por lo tanto, de lo bueno y lo malo. La ciencia decidirá lo que es correcto y lo incorrecto. Y se nos programará para hacer lo correcto.

  • El hombre puede ser "reparado", corregido, de manera externa, de tal forma que no necesite ejercitar su libertad, esto es, de instruir su inteligencia y formar su voluntad.

CONSECUENCIAS

  • Se desvanece la esencia de la naturaleza humana, como una creatura, que necesita de su Creador para subsistir y para alcanzar su plenitud.
  • Asimismo desaparece la necesidad de la Providencia Divina, que será sustituida por la ciencia.
  • Desaparece el concepto de libertad, donde los actos humanos son dignos de mérito o de castigo. Si todos estaremos orientados a hacer lo correcto (bueno o malo, dependiendo de quien controla la técnica), ¿qué mérito tendría el hacerlo?
  • ¿Y dónde queda la libertad del hombre, ese precioso tesoro que Dios nos ha regalado? Precisamente nos hizo libre porque quiso que libremente le amáramos. Pudo habernos creado como seres instintivos, que obedecen a leyes fijas en la naturaleza. Pero nos dio la naturaleza racional, y en eso radica la grandeza del hombre.
  • ¿No será que los controladores asumirán la función de Dios?
  • Error mayúsculo. Supongamos que efectivamente la ciencia puede solucionar todos los males. ¿Quién decidirá cuáles son esos males? ¿Las soluciones nos alcanzarán a todos? Y cuando no seamos necesarios para los controladores del pensamiento y la conducta, ¿Qué sucederá con nosotros?
  • El mundo y la ciencia prometen mucho, pero sólo es un engaño. Al final, que siempre tiene que haberlo, porque lo que alguna vez empieza necesariamente tiene un fin, ¿qué cuentas daremos el único y verdadero Creador?
  • ¿Y que hay de Nuestra Madre, la Santísima Virgen María, la gran intercesora? ¿También será innecesaria?
  • El bien y el mal son sustituidos por lo correcto e incorrecto, según las normas de los controladores. ¿Y qué pasará con los que, haciendo uso de su razón vean las injusticias y se rebelen contra ellas?
  • ¿La ciencia y la tecnología serán también misericordiosas?
  • La educación cristiana carece de sentido, pues su finalidad es precisamente ayudar a la persona a vencer los malos hábitos y para alcanzar la virtud.
  • Pero con la desaparición de la educación, desaparece el fin del hombre, como un ser creado, cuya misión es amar y servir a Dios en esta vida, para verlo y gozarlo en la otra.

Analizado de esta forma, el transhumanismo no es otra cosa que una imitación del pasaje donde el demonio convence a Adán y Eva para que desobedezcan a Dios; ahora esta manera de ver la ciencia y la tecnología hace las veces de esa manzana envenenada que nos separa de Dios.

No es que la ciencia y la tecnología sean esencialmente malas, sino que utilizadas en esta forma, en lugar de ayudar al hombre a cumplir su destino, lo apartan de él.

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