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28.08.2024

Sapietia. Laboratorio de Ideas. ¿DIOS ES EL UNIVERSO O DIOS CREÓ EL UNIVERSO? EDITORIAL. 28ago24. https://www.sapientia.org.mx/dios-es-el-universo-o-dios-creo-el-universo/

Noticia:

Nos da gusto el saber que un científico llegó a conocer la existencia de Dios precisamente a través de la ciencia. A este científico en cuestión, lo hemos visto en algunos programas que se difunden en canales independientes en la Internet. La primera vez que lo vimos, hablaba de los grandes descubrimientos científicos que nos permitiría alcanzar la puesta en operación del Telescopio Web.

En esa primera ocasión trataba el tema sobre los límites del universo, y lo enlazaba con el tema de su origen. Declaraba, en palabras que me parecieron honestas, que la ciencia no podía explicar cómo se creó el universo. La ciencia sólo podía explicar algunas cosas que sucedieron una vez que el universo ya estaba hecho, es decir, ya estaba creado. Pero antes, y más allá de esos límites, no había respuestas que pudiera aportar la ciencia física o astronómica.

En otra ocasión, durante otro de sus programas, surgió una pregunta expresa de alguno de los seguidores de su canal, que le preguntó si creía en Dios. Su respuesta fue sí, pues el universo funciona con leyes que no podían explicarse por sí mismas, como la velocidad de la luz, los fenómenos de fusión y fisión nuclear, el nacimiento y declive de las estrellas, y en general, el movimiento todo del universo. Estas leyes nos permitían conocer las distancias, la densidad y consistencia de los planetas y estrellas, y predecir algunos fenómenos astronómicos, como el paso de los cometas cerca de la tierra, las alineaciones planetarias, y muchos otros fenómenos, que ya han sido estudiados desde la antigüedad.

Entonces llegaba a una conclusión, si bien positiva en cuanto al hecho de reconocer la existencia de una Inteligencia que dio origen y gobernaba el universo, errónea en cuanto a su manera de interpretarlo: afirmaba que Dios era el universo. Según su opinión, la inmensa maquinaria que gobierna este universo hacía pensar que todo cuanto existe es parte de Dios. Llegó, aceptando una premisa verdadera, de que no podría existir el universo sin Dios, a una conclusión falsa: Dios es el universo. Y así sostiene una visión panteísta, donde todos y cada uno de los seres que conformamos este universo, somos partes de Dios; además de los que una vez fueron y los que están por venir. Aquí se equivoca. Veamos el porqué.

Siguiendo su propio razonamiento en cuanto que el universo está gobernado por leyes tan perfectas que no puede haber una explicación satisfactoria más que la existencia de Dios, ahora tendríamos que preguntarnos: si Dios es el universo, ¿entonces el universo es eterno? Las observaciones científicas nos demuestran que todo lo que un día empieza a existir, tarde o temprano dejará de hacerlo; es decir, morirá, terminará. Si aplicamos este principio al universo, como algo que no existía y ahora existe, algún día dejará de existir. ¿Entonces Dios morirá? Esta es una tesis contradictoria. O el universo es eterno o fue creado. Si fue creado, entonces tiene que haber una Inteligencia, o un Ser poderoso que lo haya creado, pero que no está sujeta al tiempo: un Ser eterno. Por otra parte, Dios no puede ser el universo porque éste es finito. Si está determinado en cuanto a sus límites, no podemos explicar ni lo que hay más allá de sus límites, ni siquiera cómo es que se establecieron éstos. Tiene que haber un Ser infinito.

Cierto es que no se pueden explicar estas leyes tan complejas y perfectas que gobiernan el universo sin la existencia de un Ser superior, pero no puede ser que ese Ser superior haya aparecido de pronto, de la nada. La nada, nada genera, nada crea. Necesariamente se requiere un Ser distinto y anterior al universo. Necesitamos a un Dios eterno e infinito.

Posiblemente lo que esté dificultando a este científico en cuestión, son los métodos inductivos con los que trabajan las ciencias físicas, en los que, a partir de observaciones concretas, particulares, se puede llegar a una conclusión general, pero siempre falible. Es imposible que observemos todos los casos particulares para tener certeza absoluta de una verdad. Con este método científico sólo podemos llegar a conclusiones, si bien válidas, siempre perfectibles.

A este científico del que hemos estado hablando le ha hecho falta la Revelación, las verdades reveladas por Dios a los hombres, que son verdaderas de manera absoluta porque las ha dicho un Ser perfecto. Entonces sí podríamos utilizar como base de cualquier explicación un método deductivo, que nos permitiera derivar, de esas Verdades Reveladas, las verdades particulares. Y solo así podemos explicar no sólo el origen y los límites del universo sino, además, muchas otras verdades que explican sus fines, y quizás lo más importante, el papel del hombre en la creación.

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Más que comentar el artículo, lo completo con una parte de una magnífica conferencia que dictó John Lenox, un destacado matemático y apologista de la Universidad de Oxford ante sus colegas científicos, en la que impecablemente, en menos de 15 minutos, probó no sólo la existencia de Dios, sino además la divinidad de Jesucristo. Esta referencia me la envió, a su vez, un estimado amigo.

Ahora les comparto la primera parte de esa exposición que ustedes pueden ver y deleitarse con la brillante exposición completa en: https://youtu.be/C5BC4Qjtaqk?si=6nHbqI5UPbwJuAi7

"Creo en el Dios sobrenatural que creó los cielos y la tierra. Creo en un Dios que sostiene los cielos y la tierra en existencia, basado en pruebas racionales con certeza. Similar a las creencias de los fundadores de esta casa, quienes dieron a esta Universidad el lema "Dominus iluminatio mea", que significa "El Señor es mi luz". Ellos no veían ninguna contradicción entre la fe en Dios y la máxima excelencia en la investigación racional, y si me atrevo a mencionar mi alma mater de Cambridge en este lugar sagrado, les recordaría que en la puerta del laboratorio Cavendish en Cambridge, están escritas las palabras "Grandes son las obras del Señor" estudiadas por todos los que se deleitan en ellas.

Al observar el auge de la ciencia en los siglos XVI y XVII, Alfred Nort Whitehead y muchos otros, comentaron que los hombres se volvieron científicos porque esperaban leyes en la naturaleza; y esperaban leyes en la naturaleza porque creían en el Dador de Leyes. Así que damas y caballeros, no me avergüenzo de ser tanto científico como cristiano, porque en cierto modo el cristianismo les dio el lema. Lo que me asombra es que pensadores serios hoy en día aún nos piden elegir entre Dios y la ciencia; es como pedir a la gente que elija entre Henry Ford y la ingeniería como explicación del auto.

Cuando Newton descubrió su ley de la gravedad, no dijo: tengo una ley, no necesito a Dios; no escribió el Principia Mathemática, quizás la obra más grande de la ciencia, porque él vio que Dios no es el mismo tipo de explicación que una explicación científica. Dios no compite con eso; la agencia no compite con el mecanismo y la ley establecida.

¿Por qué hay algo en lugar de nada? Allan Sandag, el brillante cosmólogo que se hizo cristiano en sus cincuenta, dijo que Dios es la respuesta a esa pregunta. Pero la gente ahora está desesperada por mostrar que el universo se formó a sí mismo de la nada, lo cual me parece un oxímoron. Si digo que X creó Y, estoy asumiendo la existencia de X para afirmar la existencia de Y; si digo que X creó X, estoy asumiendo la existencia de X para explicar la existencia de X, lo cual muestra que el sin sentido; sigue siendo un sin sentido, incluso si lo dicen científicos de alto nivel.

Me recuerda un poco a J. K. Chesterton, quien dijo que es absurdo quejarse de es impensable para un Dios impensable. Hacer todo de la nada y luego pretender que es más pensable que la nada se convierta a sí misma en todo. "Los cielos declaran la gloria de Dios", dice el antiguo salmo. Y hemos desentrañado un poco de eso, viendo el ajuste fino de las fuerzas fundamentales de la naturaleza. Es algo que es tan sorprendente para los científicos, que exige una explicación. Casi me parece que Arno Penzias dio en el clavo -es el Premio Nobel- que descubrió el fondo del microondas, en el que se basan muchas de la pruebas del Big Bang. Dijo: "la astronomía nos lleva a un acontecimiento único, un universo creado de la nada, un universo con un equilibrio muy delicado para ofrecer exactamente las condiciones necesarias para la vida y que tiene un plan subyacente, podríamos decir, sobrenatural". Pero quiero llegar a lo que creo que es uno de los argumentos fundamentales para el teísmo. Entiendo que esta casa cree en la razón, por eso estamos todos aquí, y como científico, creo que el universo es racionalmente inteligible. Eso es algo que algunos genios de la ciencia, les ha llamado la atención y que exige una explicación: Einstein dijo que lo único incomprensible de universo, es que es comprensible; y Wigner hablaba de la irracional eficacia de las matemáticas.

¿Cómo es posible que una matemática, que piensa en su cabeza, aquí dentro, pueda llegar a ecuaciones que parecen encajar con el universo de ahí afuera? ¿Bueno, cómo es en realidad? Porque la ironía de la posición atea aquí es evidente. Mis amigos ateos, y tengo muchos de ellos, me dicen que la fuerza motriz de la evolución, que finalmente produjo nuestras facultades cognitivas humanas, la razón incluida, no se preocupaba principalmente por la verdad en absoluto, sino por la supervivencia, y todos sabemos, señoras y señores, lo que a menudo ha ocurrido y sigue ocurriendo con la verdad cuando los individuos o las empresas comerciales, o las naciones, se sienten amenazados y luchan por sobrevivir.

Un destacado filósofo Alvin Plantinga de Notre Dame afirma que, si los ateos tienen razón en que somos producto de procesos naturales, sin sentido ni guía, entonces nos han dado razones de peso para dudar de la fiabilidad de las facultades cognitivas humanas y, por tanto, para dudar inevitablemente de la validez de cualquier creencia que produzcan, incluido su ateísmo, su biología y su creencia en el naturalismo parecen estar en guerra, en un conflicto que nata tiene que ver con Dios. Sin embargo, mis amigos ateos siguen insistiendo que es racional para ellos creer que la evolución de la razón humana no fue dirigida con el propósito de descubrir la verdad y, sin embargo, es irracional para mi creer que la razón humana fue diseñada y creada por un Dios, para permitirnos entender y creer la verdad. Curiosa lógica.

En contraste con eso, el teísmo bíblico afirma que la realidad última es persona e inteligente, y la razón por la que la ciencia funciona, y esta fue la fuerza que impulsó a los grandes pioneros de la ciencia, es que el universo allá afuera, y la mente humana, aquí adentro, que hace la ciencia, son en última instancia producto de la misma Divina Inteligencia Mente.

Se nos dice que los seres humanos están hechos a imagen de Dios, y eso significa que se puede hacer ciencia… esto tiene infinitamente más sentido para mí como científico que el ateísmo…


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