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NOTICIA COMENTADA 746

14.09.2024

Francisco en Asia: «Todas las religiones llevan a Dios». Pío XI: «Esa opinión es falsa». ADELANTE LA FE. Por RORATE CÆLI. 14Ssep24. https://adelantelafe.com/francisco-en-asia-todas-las-religiones-llevan-a-dios-pio-xi-esa-opinion-es-falsa/

Noticia:

El otro día, Francisco dijo en Singapur:

«Todas las religiones son un camino para llegar a Dios. Hay diferentes idiomas para llegar a Dios, porque Dios es para todos. Sólo hay un Dios, y nuestras religiones son caminos para llegar a Dios. Uno es sij, otro, musulmán, hindú, cristiano; aunque son caminos diferentes».

Sin embargo, en Mortalium animus Pío XI dijo lo siguiente:

«Nunca quizás como en los actuales tiempos se ha apoderado del corazón de todos los hombres un tan vehemente deseo de fortalecer y aplicar al bien común de la sociedad humana los vínculos de fraternidad que, en virtud de nuestro común origen y naturaleza, nos unen y enlazan a unos con otros. Porque no gozando todavía las naciones plenamente de los dones de la paz, antes al contrario, estallando en varias partes discordias nuevas y antiguas, en forma de sediciones y luchas civiles y no pudiéndose además dirimir las controversias, harto numerosas, acerca de la tranquilidad y prosperidad de los pueblos sin que intervengan en el esfuerzo y la acción concordes de aquellos que gobiernan los Estados, y dirigen y fomentan sus intereses, fácilmente se echa de ver –mucho más conviniendo todos en la unidad del género humano–, porque son tantos los que anhelan ver a las naciones cada vez más unidas entre sí por esta fraternidad universal.

Cosa muy parecida se esfuerzan algunos por conseguir en lo que toca a la ordenación de la nueva ley promulgada por Jesucristo Nuestro Señor. Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión. Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio. Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios».

https://rorate-caeli.blogspot.com/2024/09/francis-in-asia-all-religions-lead-to.html


COMENTARIOS

De verdad, como Francisco ya lo dijo en otra ocasión, "No se trata de otra iglesia, sino de una iglesia diferente". Frase confusa, al estilo de Bergoglio. Por lógica: Si es diferente, entonces es otra iglesia.

Quien piense que la nueva iglesia postconciliar es la auténtica, la correcta -si es honesto- también debe ser consciente de que está en el error. Como católico, no puede sino denunciar la herejía y apartarse de ella. No se puede ocultar ya desviación doctrinal de esta iglesia modernista…

Pero ahora sí se confirma su herejía formal. Negar a la Iglesia de N. S. Jesucristo, como el único camino para la salvación, es atentar contra Cristo y su Iglesia. Resulta incomprensible cómo es que los obispos y sacerdotes acepten sin chistar esta herejía. Solo unos pocos se han atrevido a denunciarla. Cito algunas de sus opiniones.

Mons. Marian Eleganti[1]:

No hay acceso al PADRE sin JESUCRISTO. La misión es un mandato de Jesús.

Francisco advierte repetidamente contra el proselitismo, que para él tiene connotaciones exclusivamente negativas, como si no existiera también una comprensión positiva del proselitismo como en el judaísmo antiguo y de la misión en particular como en las cartas de Pablo.

El gran peligro en la Iglesia después del último Concilio no es el reprobable proselitismo, sino el debilitamiento casi total de los esfuerzos misioneros, aparte de las iniciativas individuales que son una reacción a la ausencia de misión desde hace 60 años…

En cambio, [Francisco] habla en primer lugar de la fraternidad universal, pero desgraciadamente no de Jesucristo como mediador y condición de ella…

¿Es esto correcto? ¿Dónde está Jesucristo en esta relación, sin quien, según sus propias palabras, no tenemos Padre (el Creador)? ¿Dónde está la discusión sobre Jesucristo como la única puerta al Padre? ¿Dónde está la charla acerca de que Jesucristo nos da el poder de convertirnos en hijos de Dios? Por lo tanto, sin Él no existimos.

¿Dónde está la conversación sobre nosotros orando en el Espíritu que Él nos ha dado: Abba, Padre? Francisco oculta todo esto y también evita la cruz cuando bendice, para no imponerse a nadie, alienar los sentimientos de nadie o estimular un debate en el sentido de una crítica a la religión y un impulso misionero para afrontar la pretensión de absolutismo de Jesús. Hoy entendemos la tolerancia como una renuncia a las creencias y a las pretensiones de verdad…

…El "diálogo" y la "fraternidad universal" como epítome de una creencia relativista, que desde el principio y en principio no concede a ningún participante más verdad que al otro, no hacen justicia a la afirmación de Jesús.

Es un antievangelio, un hechizo ofensivo sin profundidad ni verdad. Como puedes ver, el fin de la Misión es la consecuencia lógica. Para nosotros los cristianos esto equivale a negar a Jesucristo. Este último comienza con la ocultación de su nombre, con la negativa a presentarlo a todos los pueblos y a todas las religiones sin comprometer su pretensión de absoluto y de Palabra: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; ¡nadie viene al Padre sino por mí!".

Mons. Carlo María Viganó[2]:

«Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí." Juan 14:6

Bergoglio, con sus impías declaraciones dirigidas a los jóvenes de Singapur según las cuales "todas las religiones son un camino hacia Dios", ofende la Majestad de Dios, traiciona la Revelación divina, pisotea los principales Misterios de nuestra Fe y anula el Sacrificio redentor de el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo.

Sus palabras mentirosas son particularmente insidiosas porque se dirigen a las nuevas generaciones, a las que Bergoglio engaña haciéndoles creer que es posible salvarse sin reconocer que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Único Salvador, y que su Iglesia es la única arca de salvación.

Yo soy la puerta (Jn 10,9) dijo de sí mismo Nuestro Señor. Negar esta verdad significa apostatar de la Fe y pisotear la Cruz.

Hacerlo desde el altísimo Umbral es un escándalo de una gravedad sin precedentes, sólo superado por el silencio temeroso o cómplice de la mayoría del Episcopado.

La "passio Ecclesiæ" se cumple con la traición de una autoridad usurpada, de un nuevo Sanedrín igualmente apóstata.

Mons. Charles J. Chaput[3].

Sugerir, aunque sea de manera vaga, que los católicos caminan por un camino más o menos similar hacia Dios como el de otras religiones despoja de su significado al martirio. ¿Por qué dar la vida por Cristo si otros caminos también nos llevan al mismo Dios? Tal sacrificio sería insensato.

Francisco tiene el hábito, ya bien establecido, de decir cosas que dejan a los oyentes confundidos y esperando que haya querido decir algo diferente de lo que realmente dijo…

La idea de que todas las religiones tienen el mismo peso es extraordinariamente errónea para que el Sucesor de Pedro parezca apoyarla. Es cierto que todas las grandes religiones expresan un anhelo humano —a menudo con belleza y sabiduría— por algo más allá de esta vida. Los seres humanos tienen una necesidad de adorar. Ese deseo parece estar codificado en nuestro ADN. Pero no todas las religiones son iguales en su contenido o consecuencias. Existen diferencias sustanciales entre las religiones que nombró el Papa. Tienen nociones muy diferentes de quién es Dios y lo que eso implica para la naturaleza de la persona humana y la sociedad. Como predicó San Pablo hace dos mil años, la búsqueda de Dios puede tomar muchas formas imperfectas, pero todas son una búsqueda imperfecta del único y verdadero Dios trino de la Sagrada Escritura. Pablo condena las religiones falsas y predica a Jesucristo como la realidad y el cumplimiento del Dios desconocido a quien los griegos adoraban (Hechos 17:22–31).

En pocas palabras: no todas las religiones buscan al mismo Dios, y algunas religiones son tanto erróneas como potencialmente peligrosas, material y espiritualmente.

Los católicos creemos que Jesucristo, de una vez y para siempre, reveló a toda la humanidad quién es Dios. Nos redimió con su muerte y resurrección, y nos dio la misión de llevar a toda la humanidad hacia Él. Como nuestra fe enseña muy claramente, solo Jesucristo salva. Cristo no es meramente uno entre otros grandes maestros o profetas. Para tomar prestada una idea de C. S. Lewis, si Jesús fuera solo uno entre muchos, también sería un mentiroso, porque afirmó enfáticamente: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6). Un Dios amoroso puede aceptar la adoración de cualquier corazón sincero y caritativo, pero la salvación viene solo a través de su único Hijo, Jesucristo.

Nos llamamos cristianos porque creemos que Jesucristo es Dios, la segunda persona de la Trinidad. Desde los inicios de nuestra fe, los seguidores de Cristo eran únicos entre las religiones del mundo porque aceptaban como verdadera la extraordinaria afirmación de Cristo de que Él es Dios, en parte debido a sus milagros, en parte por su predicación, pero en última instancia por su muerte y resurrección corporal. Los cristianos siempre han creído que esta realidad hace que el cristianismo sea categóricamente distinto de todas las demás religiones y, a su vez, exige un compromiso total de nuestras vidas. (Para la cristología de la Iglesia, véase: el Nuevo Testamento, el Concilio de Nicea, el Concilio de Éfeso, el Concilio de Calcedonia, el Concilio de Trento, el Catecismo de la Iglesia Católica, etc., que enseñan claramente la divinidad de Cristo y su papel único en la historia de la salvación).

Sugerir, aunque sea de manera vaga, que los católicos caminan por un camino más o menos similar hacia Dios como el de otras religiones despoja de su significado al martirio. ¿Por qué dar la vida por Cristo si otros caminos también nos llevan al mismo Dios? Tal sacrificio sería insensato. Pero el testimonio de los mártires es tan importante hoy como siempre. Vivimos en una época en la que la religión dominante es cada vez más la adoración del yo. Necesitamos a los mártires, y a cada uno de nosotros como confesores de Jesucristo, para recordarle a un mundo incrédulo que el camino hacia una vida verdaderamente rica es entregarse plenamente a los demás, al otro.

Los cristianos sostenemos que solo Jesús es el camino hacia Dios. Sugerir, insinuar o permitir que otros infieran lo contrario es una falta de amor, porque el amor genuino siempre busca el bien del otro, y el bien de todas las personas es conocer y amar a Jesucristo, y a través de Él, al Padre que nos creó.

Mons. Joseph Strickland[4].

"Negar a Cristo como "único camino a Dios" es un rechazo al catolicismo y "se llama herejía".

En un breve mensaje publicado desde su cuenta en la red social X (antes Twitter) el obispo emérito de Tyler, Joseph Strickland, dio lo que parece ser una respuesta pública a los controvertidos comentarios del Papa Francisco sobre las religiones.

«Esto es lo que la Iglesia Católica enseña sobre la unicidad de Jesucristo», escribió Strickland, enlazando al documento del Vaticano de agosto de 2000 Dominus Jesus. "El único camino hacia Dios Padre es a través de Su Hijo Jesucristo. "Negarlo es negar la fe católica, esto se llama herejía".

"Por favor oren para que el Francisco diga claramente que Jesucristo es el único Camino. Negar esto es negarlo a Él. Si negamos a Cristo, Él nos negará, Él no puede negarse a Sí mismo".


[1] Cualquiera que no proclame que la Salvación viene sólo de Jesús no es cristiano. Marian Eleganti.

14 septiembre 2024. STILUM CURIAE.

https://www.marcotosatti.com/2024/09/14/chi-non-proclama-che-la-salvezza-viene-solo-da-gesu-non-e-cristiano-marian-eleganti/

[2] Bergoglio: Todas las religiones un camino para llegar a Dios. Viganò: Apostasía inaudita de la fe.

14 septiembre 2024. STILUM CURIAE.

https://www.marcotosatti.com/2024/09/14/bergoglio-tutte-le-religioni-un-cammino-per-arrivare-a-dio-vigano-apostasia-inaudita-dalla-fede/

[3] Mons. Charles Chaput. 16 de septiembre de 2024. El Papa y las otras religiones. INFOCATÓLICA. https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=50438

[4] Obispo Strickland. Negar que Cristo es el único camino a Dios es herejía. 16 de septiembre de 2024. INFOVATICANA. Por Carlos Esteban.. https://infovaticana.com/2024/09/16/obispo-strickland-negar-que-cristo-es-el-unico-camino-a-dios-es-herejia/ 


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