aborto

NOTICIA COMENTADA 749

25.09.2024

LA SEGUNDA SESIÓN. La farsa del Sínodo: redefine los pecados según la lógica política. LA NUOVA BUSSOLA QUOTIDIANA. Por Stefano Fontana. 18sep24. https://lanuovabq.it/it/il-sinodo-farsa-ridefinisce-i-peccati-secondo-una-logica-politica  

Noticia:

Pecado de "doctrina usada como piedra que arrojar" y pecado contra la sinodalidad. Pero también contra los inmigrantes. La segunda sesión del Sínodo se abre a contenidos políticos o ideológicos para llamar pecado a lo que quizás sea de sentido común. ¿Debemos pedir perdón por haber recordado algún principio doctrinal refutando a quienes quieren cambiarlo?

Vuelve el Sínodo sobre la sinodalidad. Los trabajos de aula de esta segunda sesión titulada "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión" se desarrollarán del 2 al 27 de octubre. Sin embargo, ya en los días previos los miembros sinodales participarán en dos eventos en la Basílica de San Pedro: un retiro espiritual que durará dos días (del 30 de septiembre al 1 de octubre) y luego una liturgia penitencial que, según el indicaciones de la Secretaría general del Sínodo, prevé la confesión pública de algunos pecados enumerados a continuación: contra la paz; creación, poblaciones indígenas, migrantes; contra el abuso; contra las mujeres, la familia, los jóvenes; contra el pecado de doctrina usado como piedra que arrojar; pobreza, sinodalidad o falta de escucha, comunión y participación de todos.

Este Sínodo no goza de buena salud. Una encuesta de opinión , inmediatamente cancelada por el Vaticano, había demostrado que la gran mayoría de los entrevistados no esperaban nada bueno del Sínodo. La fragilidad teológica en la que dice basarse, las tácticas políticas eclesiásticas de las que es objeto, la práctica de un diálogo guiado e inclusivo y, sobre todo, la percepción de que su punto de llegada ya está decidido... Los caminos son instrumentales hicieron que se utilizara la palabra "farsa". Por tanto, nos acercamos a la segunda sesión con cierto cansancio.

El Sínodo sobre la sinodalidad se revela como una exageración, una herramienta para hacer evolucionar la práctica eclesial hacia algo nuevo sin decirlo, un proyecto práctico para introducir una nueva sensibilidad, una manera de hacer que cambia la manera de ser, una manera de sentir que cambia la forma de pensar sobre la fe. Como ya hemos observado en otra parte , esto se manifiesta también en el Instrumentum laboris redactado para esta segunda sesión, y lo confirmamos en esa ridícula lista de pecados por los que pedir perdón en la liturgia penitencial del 1 de octubre.

Los pecados aquí enumerados carecen de forma, no tienen el caso específico, por lo que el creyente no es capaz de evaluar lo que significa pecar en el sentido de esos pecados. La forma de robo es tomar la propiedad de otra persona. Pero ¿cuál es la forma del pecado contra los pueblos primitivos o contra los inmigrantes? No puedes arrepentirte y pedir perdón por algo que no puedes definir y, por tanto, evaluar. Pecar contra la paz, la creación, los pueblos indígenas, los migrantes... en general, sin evaluar el contenido de la acción, las circunstancias y las intenciones, es superficial y moralmente no indicativo. Hay más: abre fácilmente las puertas a contenidos políticos o ideológicos y, a su luz, acaba llamando pecado a lo que tal vez sea sentido común.

En la lista de la liturgia penitencial, dos pecados parecen sobre todo incomprensibles: el de la "doctrina utilizada como piedra para arrojar" y el de la sinodalidad. Esa expresión doctrinal fue utilizada, como se sabe, varias veces por Francisco, pero no es más que un eslogan, un eslogan difícil de traducir al lenguaje teológico. Es una frase polémica, para golpear a alguien, para estigmatizar cualquier actitud de fidelidad a la doctrina frente a las amenazas de una pastoral temeraria, una manera de decir la prioridad de la práctica sobre la doctrina sin afirmarlo explícitamente, o de liquidar a quienes creen que la doctrina Los cimientos no cambian nunca.

La frase que pretende expresar este pecado sigue la misma lógica que la lucha contra los discursos de odio, que es en definitiva una forma de culpar a quienes dicen verdades que no agradan a quienes están en el poder. O se parece a la condena de las noticias falsas: el poder es el primero en utilizarlas, pero luego pide luchar contra ellas cuando expresan verdades no deseadas. Las noticias falsas suelen ser la única verdad que escuchamos. ¿Debemos pedir perdón por haber recordado algún principio doctrinal refutando a quienes quieren cambiarlo? ¿Aquellos que recuerdan las verdades de todos los tiempos serán comparados con lanzadores de piedras?

Aún más ridículo es el pecado contra la sinodalidad. Si hay un punto claro sobre la sinodalidad es que nadie sabe qué es . El propio establishment eclesiástico afirma que su naturaleza es la de ser un proceso: no tenemos Sínodo, somos Sínodo y por tanto somos proceso y camino, y será durante este camino que descubriremos, pero nunca definitivamente, qué es la sinodalidad. es. No tendrá una forma definida, pero será una práctica para experimentar.

Sobre esta base, ¿cómo se puede establecer un pecado contra la sinodalidad? Cuando la autoridad establezca que tal o cual acción es un pecado contra la sinodalidad, el proceso sinodal habrá evolucionado mientras tanto y los censores podrían entonces pecar contra él. Cuando se asume una lógica historicista -como lo hace la sinodalidad como proceso- ya nada es pecado, porque cuando el pecado es visto como tal ya ha sido superado y ya no existe.

COMENTARIOS

Desde luego, se trata de una farsa. Tal como dice el autor, la idea es la práctica de un diálogo guiado e inclusivo y, sobre todo, la percepción de que su punto de llegada ya está decidido... Las conclusiones ya están tomadas definidas, y han sido anunciadas desde el primer encuentro sinodal del 2023, machacadas por diferentes "voceros" del Sínodo durante todo este año, inducidos en el Instrumentum laboris (un manual con los temas que se discutirán y la metodología del Sínodo) y recordados ahora con el "retiro espiritual" y la "liturgia penitencial".

El Sínodo de los Obispos originariamente fue un órgano exclusivo para los obispos, donde se discutían temas eminentemente pastorales, no dogmáticos, y se convocaba solo en caso de necesidad. Pero a partir del Concilio Vaticano II, y más específicamente con Paulo VI, a través del Motu Proprio Apostolica sollicitudo del 15 de setiembre de 1965, se estableció que fuera permanente. Pero no cambió su alcance en cuanto a las conclusiones, pues era un órgano consultivo, cuyas conclusiones deberían ser revisadas y aprobadas por el Sumo Pontífice.

Ahora con Bergoglio la naturaleza del sínodo ha cambiado radicalmente: ya no es un órgano exclusivo de los obispos, sino de los cristianos en general, incluyendo a no católicos; además sus conclusiones pretenden tener un carácter deliberativo, no consultivo. Es decir, que sus conclusiones sean válidas para la Iglesia Universal, sin pasar por la revisión y aprobación del Pontífice en turno.

Pero, como dijimos antes, las conclusiones de este Sínodo de la Sinodadlidad ya están dirigidas y tomadas de antemano. Como muestra de esta inducción, mencionamos tres casos, que seguramente estarán presentes en las conclusiones:

  • El más grave, la afirmación de Francisco de que todas las religiones conducen a Dios, mención que hizo en la reciente visita a varios países asiáticos. Seguramente una de las conclusiones de Sínodo será la afirmación explícita de un ecumenismo que prescinde de la divinidad de Cristo y de su iglesia. Es decir, la presentación de una iglesia católica en el mismo nivel que las religiones paganas. No sé si entendemos la gravedad del problema: la denominada iglesia vaticana reniega del mismo Cristo y su divinidad. Es una verdadera apostasía.
  • Los nuevos pecados enunciados precisamente con motivo de esta reunión sinodal, además presentes en el Instumentum laboris: a) pecado contra la paz; b) contra la creación, c) poblaciones indígenas y migrantes; d) contra el abuso; e) contra las mujeres, la familia, los jóvenes; e) contra el pecado de doctrina usada como piedra que arrojar; f) contra la pobreza, g) contra la sinodalidad o falta de escucha, comunión y participación de todos.

¿Alguno de los participantes negará la existencia de estos pecados y se presentará como opositor, y por lo tanto, como pecador? Obviamente no. Entonces otras conclusiones del Sínodo ya están prescritas, aunque aún no haya iniciado esta reunión: las guerras y conflictos, aunque sean en defensa propia, serán pecado; dañar los ecosistemas, también lo será, aunque los recursos naturales sean una necesidad para la supervivencia de las comunidades; habrá un pecado contra la mujeres, pero no contra los hombres, pues representan a la sociedad patriarcal; se condenará al que use la doctrina para atacar a Francisco u otros jerarcas, aunque evidentemente están destrozando la Doctrina de la Iglesia, especialmente algunas verdades de fe y la moral; y desde luego, será pecado atacar al Sínodo, que es presentado casi como el órgano rector de la Iglesia, aunque sepamos de antemano que hay errores teológicos en su base, y metodológicos en su planeación y realización. Como dice el autor de este artículo, este instrumento eclesial está construido sobre una fragilidad teológica; no tiene un soporte jurídico, ni teológico, ni consta en el Magisterio de la Iglesia.

Pero lo representa el colmo del cinismo -para unos- y de la impotencia -para la mayoría- es que los resultados serán presentados como "inspiraciones del Espíritu Santo" tomando como base la doctrina de la "lex orandi, lex credendi" (la ley de lo que se ora (habla) es la ley de lo que se cree).

  • Para el colmo, el Dominico Timothy Peter Joseph Radcliffe[1] será el principal predicador ante los miembros del Sínodo. Este dominico es ampliamente conocido por sus opiniones heterodoxas y por el apoyo en cuestiones como la ordenación de mujeres, los homosexuales y las lesbianas y los divorciados. No es necesario un esfuerzo extraordinario para adivinar que las conclusiones del sínodo incluirán estos temas. A favor de los homosexuales, de los divorciados, y, posiblemente, la ordenación de mujeres como diáconas o presbíteras.

El punto de los nuevos pecados tiene implicaciones fundamentales en la Doctrina moral de la Iglesia. Primero, por su fundamento, y segundo, por su definición y su aplicación.

Analicemos algunos puntos relacionados con estos pecados. Los católicos tenemos una serie de normas morales que se fundamentan en la Ley de Dios, mejor conocida como los Mandamientos de la Ley de Dios. Estos mandamientos están bien definidos y han sido claramente delimitados por el Magisterio. ¿Se pueden enunciar nuevos pecados sin tener en cuenta los mandatos inherentes a ellos? Los pecados son el resultado de haber incumplido o violado una ley o norma. La primera reflexión que hacemos está relacionada con el primero y más importante mandamiento: "Amarás a Dios sobre todas las cosas". No aparece por ninguna parte alguna mención que ratifique la importancia esencial de este mandato.

En el marco de los mandamientos o normas que debemos cumplir, ¿Dónde caben pecados como la pobreza, la paz, contra la migración, contra el Sínodo, o la doctrina utilizada como piedra para lastimar a alguien?

Analicemos con más detalle algunos de ellos:

¿La pobreza es pecado? Cristo era pobre. La mayoría de los santos se despojó de la poca o mucha riqueza que tuvieron para entregarse más plenamente a Cristo. Los sacerdotes hacen voto de pobreza. Por el contrario. El desprenderse de las cosas del mundo, incluida la riqueza nos acerca a Cristo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino del cielo. (Mt. 19, 24). Desde luego, la riqueza se entiende como el apego a los bienes de este mundo.

¿Atentar contra la paz es pecado? Es deseable vivir en paz, pero la verdadera paz en este mundo solo se alcanza si Cristo es el centro de la vida social. No puede encontrarse en ambientes distintos del cristianismo y menos en un sincretismo religioso. Además, la verdadera paz está reservada para el Cielo. Los hombres estamos inclinados por el Pecado Original, hacia lo malo. La envidia, el orgullo, la posesión de la riqueza y el poder, impiden la armonía entre los hombres. Podemos decir que el conflicto es un hecho natural en el hombre, debido a su naturaleza caída. Nuestro Señor Jesucristo lo dijo claramente: No tenéis que pensar que Yo haya venido a traer la paz a la tierra: no he venido a traer la paz sino la guerra (Mt. 10, 34) refiriéndose al hecho de que la conquista espiritual implica pelear contra el mundo y las pasiones.

¿Oponerse a la migración es pecado? Es cierto que es un deber cristiano dar posada al necesitado, pero dentro de ciertos límites, que no resulten en un mal mayor. Suponiendo que el que pide posada es una persona que pensamos se trata de un asesino. ¿Lo dejaremos tranquilamente en nuestra casa, con muestra esposa o esposo. y nuestros hijos? ¡Claro que no! Hacerlo sería una imprudencia. ¿Y qué pasa cuando el peregrino que se recibe es de otra religión, otras creencias, y otras costumbres que alteran nuestra vida social? ¿Meterías en tu casa a un adorador de ídolos que pongan en riesgo la fe de tus hijos?

Solo por poner un ejemplo de una realidad inobjetable: la Europa Cristiana está siendo conquistada por los migrantes musulmanes, que no solo difunden sus creencias entre las familias europeas, sino que además ejecutan actos de terrorismo y participan activamente en la delincuencia organizada. Se trata de una conquista silenciosa, pero efectiva, ya anunciada y buscada como estrategia anticristiana. ¿Eso queremos para nuestra familia y sociedad? Dar posada al que lo necesita es bueno, pero dentro de los límites de una sana prudencia.

¿Usar la Doctrina como "piedra" para golpear a otro es pecado? No. Si la doctrina se usa en su verdadero sentido, siempre será benéfica, e implica un acto de caridad para con el que se equivoca. "Corregir al que yerra" es una obra de misericordia. Por otra parte, si a los que se corrige no desean que se digan nada de sus errores, claro que duele la corrección. Y para el malvado que quiere cometer injusticias contra Dios o sus semejantes, definitivamente la Doctrina caerá como piedra. Y no como un pequeño guijarro, sino como una verdadera roca. No porque se le quiera herir, sino porque sus propias acciones lo condenan.

Nada bueno puede esperarse del Sínodo. Y no solamente lo pensamos nosotros, sino el público en general. También una muestra: Como preparación para el Sínodo, el Vaticano[2] hizo una encuesta en línea entre el público en general, en la que se planteaba la siguiente pregunta: ¿Cree que la sinodalidad como camino de conversión y reforma puede mejorar la misión y la participación de todos los bautizados? El 88% de los encuestados respondió NO. Inmediatamente el Vaticano retiró la encuesta de su página.

La verdad es que este Sínodo de la Sinodalidad servirá solamente para legitimar las reformas que ya se han planeado desde las alta esferas vaticanas.


[1] Tiziana Campizi y Salvatore Cernuzio. 16 de septiembre de 2024. Sínodo, presentada la segunda sesión. VATICAN NEWS. https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2024-09/sinodo-presentada-la-segunda-sesion.html

[2] Kristina Millare. 29 de julio de 2024.? Vaticano retira encuesta en línea con respuestas negativas sobre el Sínodo de la Sinodalidad. ACIPRENSA. https://www.aciprensa.com/noticias/105537/vaticano-retira-encuesta-en-linea-con-respuestas-negativas-sobre-el-sinodo-de-la-sinodalidad 


aborto